Pasos hacia la revitalización de la industria aeronáutica rumana
Rumanía tiene más de 100 años de tradición en la producción de aviones. Antes de la Primera Guerra Mundial, el ingeniero rumano Aurel Vlaicu propuso varios prototipos de aeronaves.
Florin Orban, 01.05.2018, 05:49
Rumanía tiene
más de 100 años de tradición en la producción de aviones. Antes de la Primera
Guerra Mundial, el ingeniero rumano Aurel Vlaicu propuso varios prototipos de
aeronaves. Consiguió imponerse con uno de ellos en un importante concurso
internacional organizado en Aspern, Austria, en el que participó también el
líder de entonces de la aviación francesa, el conocido Roland Garros.
También antes de la Primera
Guerra Mundial, otro pionero de la aviación, el rumano Henri Coandă, construyó
la primera aeronave sin hélice. El modelo de avión creado por Coandă sirvió
como base para los aviones de reacción que siguen dominando la navegación
aérea.
En 1925 fue creada en Braşov
la primera planta rumana de producción de aviones llamada Industria Aeronáutica
Rumana, o IAR, conocida también como Compañía Aeronáutica Rumana. La primera
serie de aeronaves fue terminada en 1928, basándose en unas licencias
francesas.
El primer avión con el nombre
de IAR salió de la planta en 1930. Era el prototipo de un avión de caza
realizado según el proyecto del ingeniero rumano Elie Carafoli en colaboración
con el ingeniero francés Lucien Virnoux. La construcción y las cualidades de
vuelo lo colocaron entonces entre los mejores aviones del mundo en aquella
categoría.
Empezó después la producción
en cadena, con nuevos modelos. La planta de Braşov se convirtió en una de las
más preciadas de Europa. Pero el final de la Segunda Guerra Mundial puso fin a
la aventura industrial de Braşov, y la planta se convirtió en una fábrica de
tractores.
En los años 60, las
autoridades decidieron reanudar la producción de aviones en la zona de Braşov,
en la ciudad de Ghimbav, pero sin volver a la envergadura anterior.
Después de los años 90, en
Ghimbav se produjeron los helicópteros IAR 330 Puma y IAR 316B Alouette bajo la
licencia francesa de Sud Aviation, la empresa que se convirtió posteriormente
en Aerospaţiale, después Eurocopter y actualmente Airbus Helicopters. La
fábrica colocada cerca de Braşov cesó después la producción de aeronaves y se
centró en el mantenimiento y la modernización de los helicópteros militares.
Pero la plataforma de Ghimbav ha quedado como un importante punto de referencia
en la industria aeronáutica europea, y los grandes actores del mercado mundial
se han mostrado cada vez más interesados en las capacidades de producción de
allí.
Una delegación de alto nivel
rumana y francesa ha visitado la plataforma de Ghimbav teniendo en cuenta entre
otras cosas la revitalización de la cooperación con la sociedad europea Airbus.
Tras la visita, Michelle Ramis, embajadora de Francia en Rumanía, ha declarado:
Esta plataforma, que es el resultado de 46 años de
cooperación entre Airbus y Rumanía, muestra que podemos construir juntos capacidades industriales fuertes, que se
puedan imponer en el mundo, porque vemos que los helicópteros de muchos
ejércitos del mundo vienen aquí para volver a configurarse, para volver a
ponerse al día.
Pero en el sector militar, las autoridades rumanas han
mostrado últimamente mayor interés en las compras militares por la ruta
estadounidense, lo que ha causado de alguna manera descontento entre los
gestores europeos. Serge Durand, director general de la empresa Airbus
Helicopters Rumanía, ha afirmado lo siguiente:
Airbus lleva mucho tiempo en su país y queremos
quedarnos aquí mucho más tiempo, pero queremos que nos consulten, queremos
tener subastas transparentes, queremos que para las futuras compras militares
se consulte también con Airbus, como compañía, porque tenemos muchos productos
de alto nivel y de verdad creemos que podemos cumplir con las necesidades del
país.
Como consecuencia de los
compromisos acordados con la OTAN, mediante el presupuesto público, Rumanía
decidió asignar anualmente un 2% del PIB a Defensa. Gran parte de esta cifra se
invertirá en la modernización del Ejército. Pero se estima que la modernización
de las capacidades de defensa no se haga solamente mediante las importaciones
de técnica militar, sino que se base también en la producción interna. En la
plataforma de Ghimbav, el presidente del Senado de Rumanía, Călin Popescu
Tăriceanu, ha declarado:
Deseo muchísimo que
consigamos obtener una revitalización de la industria rumana. Tenemos estas instalaciones
extraordinarias y creo que el Ejército rumano no puede descartar estas
capacidades industriales que pueden dar al Ejército la dotación que necesita
para cumplir con éxito sus misiones y de la manera más eficiente posible.