Las relaciones entre Rumanía y el Fondo Monetario Internacional
Del 19 al 26 de mayo se desarrolló en Bucarest una nueva serie de debates técnicos entre los representantes del Fondo Monetario Internacional, la Comisión Europea y el Banco Mundial, por un lado, y las autoridades rumanas, por el otro.
Florin Orban, 10.06.2015, 15:28
Del 19 al 26 de mayo se
desarrolló en Bucarest una nueva serie de debates técnicos entre los
representantes del Fondo Monetario Internacional, la Comisión Europea y el
Banco Mundial, por un lado, y las autoridades rumanas, por el otro. La misión
de los organismos internacionales tuvo lugar después de dos intentos fracasados
de finalizar una evaluación oficial del acuerdo preventivo vigente, después de
otra visita desarrollada sólo con los expertos en el verano del año pasado y
después de varias reuniones que los miembros del Gobierno de Rumanía tuvieron en
Washington con los representantes del Fondo Monetario Internacional. Si
respecto a los índices macroeconómicos Rumanía se ha presentado mejor en los
últimos años, han ocurrido problemas respecto al ritmo de las reformas
estructurales y la financiación de las medidas de reducción del IVA propuestas
en el nuevo Código Fiscal.
Se trata también de la reducción del 5% de la
contribución de los empleadores a la seguridad social, que el gobierno adoptó
en el último trimestre del año pasado. En principio, los representantes del
Fondo Monetario Internacional estuvieron de acuerdo con la reducción de la
carga fiscal sobre el trabajo, pero centrada en las categorías más vulnerables.
Otros aspectos que han creado problemas en las negociaciones han sido el
calendario de la liberalización del precio del gas para la población y el
destino de las grandes compañías energéticas Oltenia y Hunedoara. La principal
preocupación de los financiadores internacionales de Rumanía parece ser ahora
el carácter sostenible de las medidas de reducción de las tasas y de los
impuestos propuestas en el nuevo Código Fiscal
y la manera en la que podrían afectar el objetivo de déficit
presupuestario acordado.
Según el Código Fiscal, a partir del 1 de junio se ha
reducido el IVA a los alimentos del 24% al 9%. El documento prevé también
reducir la cuota estándar del IVA del 24% al 20% a partir de 2016 y al 18% a
partir del 1 de enero de 2018. La contribución a la seguridad social bajará a
partir de 2018 del 10,5% al 7,5% para los empleados y del 15,8% al 13,5% para
los empeladores. Asimismo, a partir del próximo año, los impuestos indirectos
sobre los carburantes se reducirán entre el 16% y el 20%, y para algunas
categorías de productos, se eliminarán. Según el nuevo Código Fiscal, la cuota
única no se modificará antes del 1 de enero de 2019, cuando bajará del 16% al
14%. El periodista Daniel Apostol ha hablado sobre los debates con el Fondo
Monetario Internacional:
Evidentemente, el problema más frecuente ahora
en el espacio público es la fiscalidad, si nos podemos permitir o no un régimen
fiscal más relajado. Es una palabra que gusta mucho. Es decir, una fiscalidad
mucho menos cargante. Porque esta es la promesa que el gobierno nos ha hecho a
todos nosotros. De hecho, esto es lo que todos deseamos. Sin ser hipócritas,
todos deseamos tasas e impuestos más soportables, más bajos. Y al mismo tiempo,
el problema es cuánto se pueden reducir las tasas para que el Estado pueda
continuar funcionando. Estoy convencido de que nos podemos permitir un régimen
fiscal más relajado y mi convicción se basa en el hecho de que un régimen
fiscal relajado debería provocar a la economía real lo que una máscara de
oxígeno ofrece a un enfermo: le da un poco de vigor, le da el aire necesario
para que funcione bien. Una fiscalidad reducida permite a las compañías distribuir
el dinero de otra manera que no sea sólo al presupuesto público, distribuirlo
allí donde nos interesa a todos, a los empleos, a los precios más relajados, a
una vida económica con un peso fiscal más reducido, lo que debería hacernos a
todos percibir mejor la relajación fiscal.
A su vez, el profesor universitario Dan Armeanu de
la Academia de Estudios Económicos de Bucarest ha afirmado:
Siempre los especialistas del Fondo Monetario
Internacional han seguido una filosofía en la que cualquier reducción de las
tasas debe estar acompañada por una medida compensatoria. Esto puede tener
cierta lógica, pero desde mi punto de vista, creo que Rumanía está en una
situación en la que una reducción de las tasas se puede compensar en un período
de seis u ocho meses en gran parte sólo con el efecto económico. Asimismo,
considero que la lucha contra la evasión fiscal que el gobierno ha asumido ha
empezado a tener resultados, y si continúa así, y las recaudaciones aumentan al
mismo ritmo que en el primer trimestre,
creo que el programa de relajación fiscal incluso llegará a ser sostenible. Por
ejemplo, la medida más importante para el próximo año es la reducción del IVA
(del 24% al 20%). En este caso existen muchísimos argumentos, partiendo del
hecho de que tenemos una cuota inmensa, entre los primeros en la Unión Europa
según el nivel. No tiene sentido mantener un impuesto en este nivel si solo se
recauda la mitad. Se puede reducir y recaudar mucho más y entonces también el
efecto sobre el presupuesto público es beneficioso.
Y el gobernador del Banco Nacional de Rumanía, Mugur Isărescu, ha afirmado que el papel más importante
que el FMI ha tenido en la relación con Rumanía es justamente el asegurar
cierta coherencia entre las políticas económicas aplicadas:
La proporción entre varios instrumentos de
política monetaria combinados con varios instrumentos de política fiscal es más
importante que una medida u otra de política monetaria. De hecho, la mayor
ayuda del Fondo Monetario, para hacer también un resúmen después de tantos años
de colaboración con ellos ha sido el hecho de que la mezcla de políticas ha
tenido cierta consistencia, porque muchas veces no hablamos mucho entre
nosotros. Tenemos un problema de feudalismo tardío, e iban de un lugar a otro,
de una institución a otra: espere, porque lo que está haciendo usted no tiene
mucho que ver con lo que está haciendo el otro, espere un poco. Y ahora el
problema es el mismo. Las reformas estructurales son las más retrasadas. Estás
intentando en vano usar herramientas fiscales o monetarias, a partir de un
determinado momento es como si tomaras un medicamento en exceso, pensando que
se puede compensar con otro. No, si la dosis no es adecuada, te puedes
intoxicar o incluso peor.
Una nueva misión del Fondo Monetario
Internacional vendrá a Rumanía en la segunda mitad de este mes, mientras que
las autoridades rumanas desean finalizar el programa financiero con la
institución internacional en el mes de septiembre.