¿La energía verde, una industria beneficiosa?
Los recursos convencionales de energía de la humanidad están disminuyendo cada año. Las reservas de carbón y petróleo están a punto de acabar.
Florin Orban, 19.12.2017, 18:04
Los recursos convencionales de energía de la humanidad están disminuyendo cada año. Las reservas de carbón y petróleo están a punto de acabar. Asimismo, su explotación genera gases de efecto invernadero, que conllevan los cambios climáticos. Por ello, se presta cada vez más atención a la producción y el consumo de energía procedente de fuentes renovables. En los últimos años, la industria de la energía verde ha penetrado también en Rumanía de manera muy rápida. Cătălina Dragomir, especialista en el ámbito energético, ha ofrecido más información sobre el papel que ocupan los recursos renovables en la producción y el consumo de energía en Rumanía:
“Hay unos objetivos establecidos para el año 2020 a nivel de la Unión Europea. Rumanía ha sido más agresiva en este aspecto, al asumirse un objetivo del 24% del consumo total de energía eléctrica, objetivo que hemos cumplido ya en los años 2015-2016. Respecto a la producción, en abril de 2017, porque desde entonces han dejado de montar nuevas instalaciones, al caducar el esquema de soporte de la energía renovable en diciembre de 2016, tenemos aproximadamente 5.300 megavatios instalados en los recursos renovables, es decir un total de 791 productores. De esto, la energía eólica tiene digamos el peso mayoritario, con 3.025 megavatios, seguida por las instalaciones solares, con 1.350 megavatios, la biomasa, el biogas y las microhidrocentrales constituyendo la diferencia. En el consumo de energía de Rumanía, según unas estadísticas oficiales, en los años 2015-2016, los recursos renovables representaban un 20,6% del consumo total de energía de Rumanía. Se estima que, en 2017, este porcentaje suba levemente. Evidentemente, el porcentaje depende de los factores externos que influyen en la producción de estas fuentes renovables, y estoy pensando en el viento, los días soleados o la capacidad hidrotécnica, es decir las precipitaciones. El 20,6% es el promedio anual. Según las condiciones climáticas y el consumo necesario, hay días en que la producción puede alcanzar el 30-40%, cuando las condiciones son favorables, o puede bajar hasta el 7, 8, 10%.
Hemos preguntado a nuestra interlocutora cuál es la parte de las inversiones en la producción de energía renovable que procede de las fuentes externas. Cătălina Dragomir:
“Si pensamos que, de los casi 5.300 megavatios instalados, al menos la mitad, si no más, son los parques de los grandes operadores o las compañías nacionales, podemos calcular fácilmente. Diría que como mínimo un 75% de las inversiones han sido inversiones extranjeras, directas o indirectas, de las grandes empresas. En general, las financiaciones de las fuentes internas, digamos de los fondos del medio ambiente o de los fondos propios, con préstamos bancarios o leasing bancario, alcanzaría como máximo un 10% del valor de las inversiones. Un 10%, como máximo 15% del valor de las inversiones en las instalaciones renovables.
Pero ¿es rentable la producción de energía de fuentes renovables? Cătălina Dragomir, especialista en el sector energético:
“No, ni siquiera para los grandes productores de energía renovable, y aquí nos referimos a las grandes compañías internacionales que invierten constantemente en las fuentes de energía renovable. Ni para ellos es rentables, porque no pueden recuperar los costes de inversión durante la duración de la vida de la inversión. Los análisis basados en las situaciones financieras de las mismas han mostrado que los primeros cinco grandes jugadores en el año 2016 tuvieron una pérdida de casi 1.000 millones de lei procedente de la operación de estas instalaciones renovables, lo que significa más de 200 millones de euros.
El esquema de soporte que el Estado rumano ha creado para promover la producción de energía procedente de fuentes renovables se ha basado en las así llamadas “certificaciones verdes. Éstas están emitidas por el operador del transporte y el sistema de la energía y llegan a los productores de energía renovable, añadiéndose al precio de venta de la energía, determinado por el mercado. Sin embargo, en los últimos años la legislación ha conocido varios cambios. Cătălina Dragomir:
“Evidentemente, cuando se implementó este primer esquema de soporte, al principio fue un éxito. Desgraciadamente, sus frecuentes modificaciones han convertido un esquema generoso, en un esquema que casi ahoga al inversor, o se ve en la situación de que, con una duración de la vida de la inversión de 20 años, su recuperación se haga en 30 o 35 años, lo que es económicamente ilógico. Esto hizo que el ambiente de inversiones esté extremadamente reticente respecto a las nuevas esquemas de soporte y la manera en que se ponen en marcha, así como respecto a su predictibilidad a largo plazo.
En estas condiciones, ¿cuáles son las perspectivas de la producción de la energía renovable en Rumanía? Cătălina Dragomir, especialista en energía:
“En ausencia de un esquema de apoyo o de unos mecanismos de contratación a largo plazo que aseguren los ingresos necesarios a la recuperación de la inversión, no creo que a corto plazo tengamos unos crecimientos de las instalaciones respecto a los recursos renovables. Cuando digo “a corto plazo me refiero a dos o tres años. Por otro lado, Rumanía se ha unido a los objetivos que la Unión Europea ha asumido para 2030, y deberá asegurar el 27% del consumo total con energía de este tipo. Frente al nivel del 24% que hemos alcanzado, esto significa que hay sitio para futuras oportunidades de nuevas inversiones.
(Traducido por Monica Tarau)