El mercado de los productos agroalimentarios
Aunque 2016 ha sido uno de los mejores años agrícolas en Rumanía, nuestro país ha alcanzado un récord histórico de importaciones agroalimentarias.
România Internațional, 19.09.2017, 13:02
Aunque 2016 ha sido uno de los mejores años agrícolas en Rumanía, nuestro país ha alcanzado un récord histórico de importaciones agroalimentarias. Así, las importaciones han alcanzado unos 6.000 millones de euros, y el déficit comercial ha superado los 500 millones de euros, siendo 6 veces mayor que en 2015, cuando sumaba solo 89 millones de euros, según el Instituto Nacional de Estadística. Si hablamos de las exportaciones de productos agroalimentarios, su volumen suma un total de 5.950 millones de euros, lo que significa un 3,8% más que en 2015. El año pasado, la UE fue el principal socio en el comercio agroalimentario de Rumanía. Las importaciones a la Unión representaron un 83,4% del total de importaciones de productos agroalimentarios. El trigo se sitúa en el primer puesto de la lista de exportaciones. El año pasado, nuestro país exportó 7.000.000 de toneladas de trigo, dos veces más que en 2015, por un valor de 1.140 millones de euros (gran parte de la cantidad de trigo fue importada de Hungría y Bulgaria para ser reexportada a través del puerto de Constanza). También el año pasado, Rumanía importó 63.500 toneladas de quesos y 190.700 toneladas de leche y nata, lo que significa un 26% más que en 2015. Stefan Pădure, el presidente de la Asociación para la Promoción de los Alimentos Rumanos, nos explica porque han aumentado las importaciones:
Junto con la bajada del IVA para alimentos, este impuesto se ha aplicado al consumidor final, ya que Rumanía no produce mucho valor añadido o no hace muchas exportaciones pagando el IVA, porque aquí se aplican las mismas tarifas. Así, el consumidor ha podido elegir entre varios productos, ya que ha habido una bajada de precios para todas estas categorías de productos, incluso si procedían del mercado de la UE o de terceros países como importaciones. Prácticamente, el que promovía el producto y lo vendía en el supermercado era el que establecía la tendencia del consumo y si las redes de supermercados han comercializado productos de la UE y los han promovido, entonces el consumidor no ha tenido otras opciones para comprar productos rumanos. Pues, un aumento del consumo significa que en el mercado, que es un mercado de economía libre, se pueden comercializar todo tipo de productos. Por esta razón, hay más importaciones de productos procesados. Hemos exportado más productos subvencionados, como trigo y maíz, y no productos muy procesados. Por ejemplo, la cría de animales es la primera etapa de la agricultura. Sigue la producción de carnes, productos cárnicos y luego los productos certificados, pero aquí no hemos comenzado ni la primera etapa con los animales. Es decir ahora importamos incluso el cerdo pequeño, porque no tenemos y nunca hemos tenido una estrategia ni tampoco objetivos. La falta de objetivos claros ha generado la imposibilidad de desarrollar ciertos sectores utilizando instrumentos financieros, fondos estructurales o fondos de cohesión. Nuestra prioridad ha sido la absorción y no los objetivos y lo tenemos bien claro: no los hemos alcanzado porque no lo teníamos previsto.
La carne de cerdo ocupa el primer lugar en la clasificación de las importaciones de productos agroalimentarios. El año pasado, los rumanos consumieron 200.000 toneladas de carne de cerdo importada por un valor de 350 millones de euros. En los últimos años, el sector de la cría de cerdos se ha enfrentado a muchas dificultades y no se ha beneficiado de las subvenciones necesarias. Muchos criadores de cerdos se han reorientado hacia el engorde, dado que los costes son más bajos en comparación con los criaderos de reproducción cuyo número ha disminuido en Rumanía. El efectivo de cerdos es de casi 4,2 millones y desde este punto de vista Rumanía ocupa el noveno lugar en la UE, después de Alemania, España, Francia, Dinamarca, Holanda, Polonia, Italia y Bélgica. Sobre la situación que existe en este estor nos habla a continuación Ioan Ladosi, presidente de la Asociación de Productores de Carne de Cerdo de Rumanía. Escuchémosle:
“El sector de la carne de cerdo ha atravesado un período difícil desde el punto de vista de las exportaciones. Hace más de 10 años desde que Rumanía dejó de exportar carne de cerdo a causa de la peste porcina. En consecuencia, hemos perdido parte de los mercados de venta y de las relaciones comerciales y se sabe que no es fácil volver a un mercado tan competitivo y sobre todo globalizado. Hay que rehacer unas conexiones perdidas. Entretanto el mercado ha evolucionado con otros actores, con otros compradores de carne de cerdo. Nosotros hemos reanudado las relaciones tímidamente pero hace falta tener una estructura y una fuerza económica seria para recuperar el estatuto de exportador de carne de cerdo. Por ejemplo, nosotros necesitaríamos el doble en el caso del número de cerdas, porque no es fácil montar una granja de reproducción dado que los costes son 10 veces mayores. Además, en cualquier lugar de Europa las pequeñas granjas no resisten y desaparecen. En Europa funciona un proceso de consolidación muy amplio y no tiene por qué asombrarnos el hecho de que España por ejemplo ha llegado a ser uno de los principales motores de la principal producción de carne de cerdo en Rumanía, porque los españoles han tenido una estrategia y no han concedido subvenciones a las granjas con menos de 2500 cerdas.
Recientemente, los responsables de Rumanía han aprobado el Programa “Carne de cerdo procedente de las granjas rumanas para superar las dificultades que existen en este sector. El programa se desarrollará en el período 2017-2020 y la cantidad de dinero asignada a las subvenciones de Estado asciende a 86 millones de euros. Desde la semana pasada, Rumanía figura en la lista oficial de los Estados que no corren peligro de la peste porcina y países como Japón, EE. UU., Canadá o México han manifestado su intención de iniciar las negociaciones con respecto al comercio con carne de cerdo.
También los criadores de ovejas de Rumanía se enfrentan a problemas con la venta de los animales a los países árabes a causa de los mediadores. Los criaderos de ovejas se quejan de que entre el granjero rumano y el consumidor final hay muchas veces hasta tres mediadores.
También en este caso, el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural ha prometido intervenir mediante la eliminación de los mediadores en las exportaciones de ovejas a los países del Golfo Pérsico y convencer a los importadores de sacar directamente a las ovejeas de Rumanía invirtiendo en granjas de cuarentena y mataderos, o en su país de origen. Las autoridades prometen ayuda financiera también para el comercio con lana. Tras ser liquidadas las plantas que producían alfombras de lana o telas de lana el mercado rumano ha dejado de mostrarse interesado en este producto. Los criadores de ovejas o cabras se han quejado más de una vez de que se ven obligados a quemar o enterrar la lana por no tener compradores. El Ministerio de Agricultura promete a los criadores de ovejas un leu por cada kilo de lana comercializada pero no más de 15.000 euros por un período de 3 años.