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En el interior de la Unión Europea hay diferencias significativas relacionadas con el desarrollo de los países y las regiones. En el Este, en Rumanía y Bulgaria por ejemplo, más allá de los sueldos mucho más bajos en comparación con los de Alemania o los países nórdicos, hay condiciones mucho más reducidas de acceso a la sanidad, la educación o la infraestructura moderna de transporte. Por eso, la UE ha creado políticas que reduzcan las diferencias entre países y regiones. La más importante es la denominada política de cohesión. El principal objetivo es crear estrategias de desarrollo a través de intervenciones en campos tales como la infraestructura, la investigación y la innovación, la ocupación de la mano de obra, la educación, el ámbito empresarial, la protección del medio ambiente, el cambio climático y la eficiencia energética. Todo se hace mediante un paquete de políticas aplicadas en el plano regional o local que se basa en inversiones públicas en dichos campos.
România Internațional, 17.10.2017, 19:15
La aplicación de la política de cohesión, más allá de la parte financiera, tiene que ver principalmente con la capacidad de los países y las regiones de utilizar los fondos disponibles. Este tema ha figurado en la agenda de los actos organizados en Bruselas hace algunos días en el marco de la Semana Europea de las Regiones y Ciudades. En la apertura del acontecimiento, la comisaria europea de Políticas Regionales, Corina Cretu, y el presidente del Comité de las Regiones, Karl-Heintz Lambertz, han presentado el séptimo informe sobre la cohesión económica, social y territorial en la UE. El documento subraya que la economía de Europa está a punto de alcanzar la recuperación, pero aún hay diferencias entre los Estados miembros. En los últimos dos decenios, la política de cohesión ha funcionado en todas las regiones de la UE y ha constituido una fuente mayor de inversiones. Dicha política ha creado directamente 1.200 millones de empleos en la UE en los últimos 10 años mientras que las inversiones públicas favorables al crecimiento económico han disminuido drásticamente en muchos Estados miembros.
Escuchemos la declaración de Corina Cretu:
“Las diferencias entre regiones han vuelto a disminuir desde 2015 pero todavía hay ciudadanos de la UE que viven en regiones donde el PIB es menor que antes de la crisis. En los últimos años, las regiones más pobres de Europa han alcanzado el promedio de la UE pero todavía hay un camino muy largo por recorrer hasta que dichas regiones puedan ofrecer las mismas oportunidades a los ciudadanos. Las regiones más ricas de Europa han registrado un aumento más rápido aunque se enfrenten a la presión de la migración, la exclusión social, la pobreza, la contaminación y la preocupación sobre la seguridad. Las regiones en transición han registrado un leve incremento del PIB por habitante y un estancamiento de los salarios, el sector industrial sigue siendo reducido y estas regiones son las más vulnerables ante los retos de la globalización.”
La crisis económica apenas concluida habría afectado mucho más a Europa si no hubiera existido la política de cohesión, ha evidenciado Corina Cretu:
“Las inversiones financiadas por la política de cohesión han desempeñado un papel esencial durante la crisis económica y después. Para muchos países, esta sigue siendo la única fuente de inversión estable a largo plazo. Como bien se sabe, muchos presupuestos nacionales han cortado primero de los fondos de inversión. La financiación ofrecida a través de la política de cohesión representa más del 8% de las inversiones públicas en la UE, cifra que en algunos países asciende a un 15%. En estos Estados, la política de cohesión financia más de la mitad de las nuevas conexiones de internet de banda ancha, la renovación de las escuelas o los kilómetros de nuevas carreteras construidas o renovadas. Las inversiones han incrementado el PIB de los 12 Estados miembros que se adhirieron a la UE en 2004 y en 2007 en un 3% en 2015, mientras que para el actual período, se estima un incremento de hasta un 6% gracias a la política de cohesión que respalda una convergencia real”.
Conforme con las cifras oficiales, para el período 2014- 2020, a Rumanía le han sido asignados alrededor de 23.000 millones de euros de los fondos de la política de cohesión, lo que representa un 10% más en comparación con el período 2007-2013. En lo que a ella se refiere, Rumanía se enfrenta a problemas relacionados con la absorción de estos fondos principalmente a causa de la baja capacidad administrativa, tanto en el ámbito nacional como regional o local. O no hay posibilidades de cofinanciación, o falta la competencia necesaria para arrancar o desarrollar proyectos, o no hay voluntad política. En cambio existen soluciones, según nos ha declarado la comisaria de Políticas Regionales, Corina Cretu:
“Siempre he afirmado que el dinero no es todo. Mucho más importante es la capacidad administrativa. Para el período 2014-2020, hemos introducido un número de condiciones previas y recomendaciones específicas que deben ser cumplidas por los Estados miembros y creo que muchos países han registrado progresos. Ofrecemos al mismo tiempo instrumentos, plataformas, asesoramiento, posibilidades de dialogar directamente, porque contamos con 3000 personas que trabajan en el lugar. Creo que es muy importante intercambiar buenas prácticas porque sólo cuando uno ve la realidad con los propios ojos sabe qué tiene que hacer.”
Conforme con la Comisión Europea, a principios del año 2018, se iniciará una consulta pública referente a la futura política de cohesión. En este contexto, en el mes de mayo de 2018, será presentada la propuesta de la Comisión para el marco financiero plurianual, seguida por propuestas concretas para la política de cohesión posterior al año 2020.