El Conjunto Dobrogeanca de la Casa Cultural Sulina fue fundado en 2010 y está formado por jóvenes amantes del folclore que, con mucha energía y entusiasmo, capitalizan los bailes folclóricos de Dobrogea, pero también de otras zonas del país.
Un rumano consume una media de 2,5 botellas de vino al mes, lo que representa 23,5 litros al año.
Afganistán, Irak, África, Mali son algunas de las zonas de conflicto adonde han volado con operaciones de transporte militar.
Ya sea que estén relacionadas con las vacaciones de Semana Santa, o simplemente por el buen clima que invita a socializar al aire libre, abril llega con muchas ferias por todo el país, por lo tanto, nos detenemos en algunas de ellas para disfrutar de su sabor.
Alina Gavrilă empezó a coser prendas de ropa cuando era adolescente.
La primavera es la época de la regeneración, del renacer de la naturaleza, por lo que no es de extrañar que un grupo de artistas y creadores multidisciplinares, junto con un grupo de estudiantes, crearan el evento La eco-sensorialidad. Caminos para las comunidades del futuro,
Hay una frase que dice que «el pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla».
Hace mucho tiempo que los jóvenes se atan a la muñeca un hilo trenzado rojo y blanco en señal de amor.
Según la tradición popular, a principios de febrero, cuando el oso sale de su cubil, si el tiempo es soleado y ve su sombra, vuelve al cubil e hiberna unas tres semanas más, y el tiempo vuelve a enfriarse.
La «Gala de Padres: Educación para el Futuro», un evento benéfico y un catalizador del cambio.
El folclore representa el documento de identidad de un pueblo, pero mantenerlo vivo es cada vez más difícil hoy en día, cuando cada vez menos gente conoce las tradiciones, y las influencias mundiales se dejan sentir en todos los ámbitos.
Como es habitual, comenzamos el año con un repaso a los temas más interesantes tratados en 2023. Nos propusimos contaros historias sorprendentes y creo que lo hemos conseguido
Las aromas de los platos tradicionales de las fiestas se sienten estos días en las ferias tradicionales o en los hogares rumanos.
El Museo Nacional de la Aldea «Dimitrie Gusti» de Bucarest recrea año tras año el sabor de las fiestas navideñas con villancicos, productos tradicionales y el olor de la estufa.
Su primer contacto con la montaña fue hace sólo cinco años junto con un amigo de Cluj.