Presionado por el tiempo, a mediados del pasado mes de diciembre, el Parlamento de Rumanía adoptaba rápidamente el presupuesto estatal para el 2016.
Los tecnócratas del Gabinete Cioloş, el primero sin filiación política de la historia postcomunista del país, no lo han tenido fácil a la hora de construir el prespuesto para 2016.