En marzo de 1990, la Sociedad "Timişoara", formada por intelectuales cívicos y anticomunistas, publicó la Proclamación de Timişoara, uno de los documentos más importantes de la Revolución rumana de diciembre de 1989. Exigía reformas profundas y el retorno a los principios de una sociedad libre. En el famoso punto 8, el documento proponía la depuración de la sociedad rumana, lo que suponía romper con el pasado comunista.
Durante el período comunista en Rumanía, hubo rumores de que el monumento estaba bajo vigilancia especial, no sólo por sus connotaciones nacionalistas, sino también por su supuesta capacidad para influir en las emociones de la gente o incluso manipular la energía política.