El huevo ocupa un lugar central en la tradición de la Pascua rumana. Está pintado de rojo y otros colores. La batalla de los huevos el Domingo de Pascua se acompaña del deseo: "¡Cristo ha resucitado!". – “¡Verdaderamente ha resucitado!” En Rumanía hay tres museos de huevos pintados, todos ellos situados en Bucovina.