La institución más temida del Estado comunista rumano era la Securitate, creada según el modelo del NKVD (Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos de la Unión Soviética), que posteriormente se convertiría en la KGB.
El espacio rumano, hoy mayoritariamente cristiano ortodoxo, era un espacio de injerencia espiritual y religiosa.