El final de la Primera Guerra Mundial, lejos de calmar los ánimos caldeados que la habían desencadenado, alimentó nuevas rabias y obsesiones, y las soluciones extremas se consideraron las más adecuadas.
Rumanía entró en la Segunda Guerra Mundial el 22 de junio de 1941 cuando, junto con Alemania, lanzó operaciones militares contra la Unión Soviética. Pero hay que decir que la Unión Soviética había sido el Estado agresor.
Una zona escasamente poblada desde siempre, pero muy fértil desde el punto de vista agrícola, Bărăgan fue un lugar elegido por el régimen comunista para castigar a unas 40 000 personas a las que consideraba enemigos de clase.