Rebaja de la calificación del país
Moody's ha empeorado la perspectiva de la calificación de Rumanía de «estable» a «negativa»

Roxana Vasile, 17.03.2025, 10:31
Moody’s seguía siendo la única de las tres principales agencias de calificación del mundo que mantenía una perspectiva «estable» sobre la calificación soberana de Rumanía. Fitch y Standard & Poor’s ya tenían una perspectiva «negativa» desde el invierno, lo que situaba a Rumanía a un paso de la calificación «basura». Desde finales de la semana pasada, se les unió Moody’s, que confirmó la calificación en «Baa3», pero también rebajó la perspectiva asociada a «negativa».
«La decisión de cambiar la perspectiva refleja el riesgo de que, en ausencia de nuevas medidas de saneamiento presupuestario, la fortaleza presupuestaria de Rumanía pueda debilitarse significativamente en los próximos años», señaló la agencia de calificación.
Según el escenario de Moody’s, basado en las políticas anunciadas hasta ahora por el Gobierno rumano, el déficit de Rumanía bajará del 8,7% del PIB en 2024 al 7,7% en 2025, aunque seguirá siendo elevado. A partir de entonces, el déficit mejorará, pero de forma gradual. Combinado con una revisión a la baja de las previsiones de crecimiento económico, la carga de la deuda pública superará el 59% del PIB a finales de 2025 y alcanzará casi el 63% a finales de 2026.
¿Qué cree Moody’s que debe hacerse? Rumanía se ha comprometido a aplicar una importante reforma fiscal en el marco del Plan Nacional de Resiliencia y Recuperación, cuya adopción contribuirá muy probablemente a mejorar las previsiones de déficit y deuda. Pero, según la agencia, la reforma sufre un retraso considerable. En otras palabras, la perspectiva de la calificación podría volver a «estable» si los indicadores de la carga de la deuda pública y de la asequibilidad de la deuda se deterioran significativamente menos de lo previsto actualmente.
O, a la inversa, la calificación de Rumanía podría rebajarse si el Gobierno no logra aplicar una consolidación fiscal significativa. Un escenario así sería el resultado de un fracaso.
Adrian Câciu, ex ministro de Economía, es optimista y cree que las cosas saldrán bien:
«No fue un desastre de déficit, si informamos de que el año pasado aún tuvimos inversiones del 7,1% del PIB. En otras palabras, elegimos la forma de endeudarnos para crecer. ¡No se puede desarrollar sin pedir prestado! Pero lo que dice Moody’s y lo que tenemos que tener cuidado, lo que la clase política tiene que tener en cuenta en realidad: necesitamos estabilidad política y necesitamos menos emoción, peleas, escándalos, volatilidad y aleatoriedad en lo que significa dirigir el país. Y necesitamos más razón y que toda la clase política entienda que Rumanía se encuentra, sin embargo, en un contexto geopolítico bastante complicado, sobre todo regional».
De hecho, un reciente artículo publicado por Bloomberg muestra que la actual agitación en el entorno político rumano preocupa a los inversores, que temen que se retrasen aún más las medidas fiscales necesarias para reducir el mayor déficit público de la Unión Europea.
Versión en español: Antonio Madrid