Un nuevo gobierno en Chisináu
Lejos de ser una campeona de la estabilidad política, la República de Moldavia ha llegado a tener el decimosexto primer ministro en 32 años de independencia, lo que significa una media de dos años por jefe de gobierno. Derechistas, según las declaraciones, o representantes oficiales de la izquierda, rusófilos o prooccidentales, los primeros ministros de Chisináu no han marcado de manera duradera la historia de la república. El jueves le tocó el turno al exministro del Interior y asesor presidencial para asuntos de seguridad, Dorin Recean, para asumir la jefatura del Ejecutivo, vacante tras la dimisión de la semana pasada de Natalia Gavriliţa. Esta venía dirigiendo el Ejecutivo desde el 6 de agosto de 2021, después de que el partido presidencial Acción y Solidaridad (PAS) ganara ampliamente las elecciones parlamentarias anticipadas, obteniendo 63 de los 101 escaños de diputado. Junto con el anuncio de su dimisión, Gavrilița declaró que la república había entrado en una nueva etapa, donde la prioridad iba a ser la seguridad.
Bogdan Matei, 17.02.2023, 12:53
Lejos de ser una campeona de la estabilidad política, la República de Moldavia ha llegado a tener el decimosexto primer ministro en 32 años de independencia, lo que significa una media de dos años por jefe de gobierno. Derechistas, según las declaraciones, o representantes oficiales de la izquierda, rusófilos o prooccidentales, los primeros ministros de Chisináu no han marcado de manera duradera la historia de la república. El jueves le tocó el turno al exministro del Interior y asesor presidencial para asuntos de seguridad, Dorin Recean, para asumir la jefatura del Ejecutivo, vacante tras la dimisión de la semana pasada de Natalia Gavriliţa. Esta venía dirigiendo el Ejecutivo desde el 6 de agosto de 2021, después de que el partido presidencial Acción y Solidaridad (PAS) ganara ampliamente las elecciones parlamentarias anticipadas, obteniendo 63 de los 101 escaños de diputado. Junto con el anuncio de su dimisión, Gavrilița declaró que la república había entrado en una nueva etapa, donde la prioridad iba a ser la seguridad.
Igualmente, con los votos del Partido Acción y Solidaridad (PAS) ha sido instalado el Gobierno de Recean, cuya composición dista muy poco de la del equipo que encabezó Gavriliţa. Los corresponsales de Radio Rumanía en Chisináu señalan que se ha cambiado la dirección de tan solo cuatro ministerios. Puede que sí cambie la manera de gobernar, pasando de la actuación más bien suave y lenta de Natalia Gavriliţa a una política enérgica y de mano dura, que es como se le percibe a Recean en el espacio público.
Los analistas políticos de Chisináu escriben que, más allá de las declaraciones, hay indicios de que las verdaderas causas del cambio de primer ministro tienen que ver con la lentitud de las reformas realizadas por Gavriliţa y con las tensiones internas en el Gobierno.
«El programa de gobierno se sustenta en la visión de desarrollo de la presidenta de la República de Moldavia, Maia Sandu, y del Partido Acción y Solidaridad, modificada para estar acorde con la realidad actual. En la actualidad, estamos afrontando problemas como la inflación elevada, la guerra de la vecina Ucrania, la subida de los precios de la energía», ha dicho Recean durante su discurso de investidura, pronunciado ante los diputados.
El nuevo primer ministro también ha prometido mejorar la eficiencia y «hacer que reine el orden» en las instituciones públicas, simplificar el acceso del sector empresarial a los recursos financieros, y ha recalcado la necesidad de contrarrestar la corrupción más eficientemente. Otras prioridades del nuevo Gobierno son la integración en la Unión Europea y el desarrollo económico. En cuanto a la política exterior, el nuevo primer ministro se propone centrarse en cumplir con los requisitos que Bruselas remitió a Chisináu después de que la República de Moldavia recibiera, el año pasado, el estatus de candidata a la adhesión a la Unión Europea. Las agencias internacionales de noticias informan de que especial atención se presta, igualmente, a las relaciones con la Rumanía vecina, que deberían ser «estratégicas» y «privilegiadas». Se reitera, asimismo, la necesidad de profundizar en las relaciones con los Estados Unidos y otros donantes occidentales, cuyo apoyo es vital para uno de los Estados más pobres de Europa.
Traducción al español: Gabriela Ristea