Un nuevo expediente penal para el líder del PSD
El líder socialdemócrata rumano, Liviu Dragnea, está siendo investigado por los fiscales anticorrupción en un expediente penal de malversación de fondos europeos. Dragnea rechaza estas acusaciones. Es el tercer caso de corrupción en el que se ve envuelto.
Ştefan Stoica, 14.11.2017, 15:45
El presidente de la Cámara de los Diputados de Bucarest, Liviu Dragnea, líder del partido más importante de la coalición en el poder integrada por el Partido Socialdemócrata (PSD) y la Alianza de Demócratas y Liberales (ALDE) se ve obligado a responder ante la justicia por ser protagonista de un nuevo expediente penal. Los fiscales anticorrupción le acusan de haber creado un grupo delictivo organizado, de abuso de poder y malversación de fondos europeo, hechos que habría cometido a comienzos de los años 2000, cuando desempeñaba el cargo de presidente del Consejo Provincial de Teleorman. La Fiscalía Anticorrupción (DNA) ha informado que ha abierto dicho expediente penal en base a una denuncia por parte de la Oficina Europea de Lucha Antifraude (OLAF) remitida en septiembre de 2016, en la que Dragnea está acusado de haber cometido varios delitos, entre ellos, el uso de documentos falsos para conseguir fondos europeos asginados a la rehabilitación de carreteras provinciales. La Fiscalía Anticorrupción señala que el grupo delictivo que habría creado sigue actuando en el presente y está integrado por funcionarios de las instituciones de la administración pública y personas del ámbito de negocios. El perjuicio estimado sería de 21 millones de euros, y este dinero se debería recuperar, considera la Oficina Europea de Lucha Antifraude.
El líder del PSD rechaza las acusaciones y afirma que goza del fuerte apoyo de sus compañeros de partido y del líder de la ALDE, Călin Popescu Tăriceanu. Liviu Dragnea:
”Rechazo rotundamente todas las acusaciones. Repito ahora lo que llevo diciendo desde hace años: no tengo lazos financieros, patrimoniales con esta sociedad comercial. Por lo demás, veremos en el período siguiente qué pruebas tienen para justificar estas acusaciones. He hablado esta mañana con el señor Tăriceanu, me ha llamado y me ha pedido que defienda mi posición y que continuemos nuestra coalición. Yo no creo que la coalición esté afectada, yo soy el afectado.”
También está afectada la imagen del Parlamento, creen las fuerzas de oposición: el Partido Nacional Liberal (PNL) y la Unión Salvar Rumanía (USR), y piden a Dragnea que dimita del cargo de presidente de la Cámara a causa de sus problemas con la Justicia. Dragnea está acusado también por abuso de poder en un caso de empleos ficticios en una institución pública de la provincia de Teleorman. Esta causa está en la fase de juicio en el Tribunal Supremo.
La saga penal del líder socialdemócrata empezó con el célebre caso del referéndum del año 2012 para la destitución del presidente de aquel entonces, Traian Băsescu. En esta causa, Liviu Dragnea fue condenado en 2016 a dos años de cárcel sin cumplimiento por fraude electoral, más concretamente por alentar de forma ilegal a los votantes a que participasen en la votación. A pesar de sus esfuerzos, que la justicia calificó de fraudulentos, el intento de destituir al presidente fracasó por falta de quórum.
Por otra parte, el Tribunal Supremo juzga también la causa en la que al líder del PNL, Ludovic Orban, absuelto en primera instancia, se le acusa de tráfico de influencias para conseguir fondos ilícitos, más exactamente 50.000 euros, de parte de un empresario para su campaña electoral en las elecciones locales. Han sido interrogados como testigos los dueños de dos cadenas de televisión quienes negaron haber hablado con Orban sobre fondos para la financiación de la campañía electoral.
Así pues Liviu Dragnea no es el único líder político investigado por violaciones de la ley. Él se desmarca sin embargo por la insistencia con que alega que hay fuerzas ocultas interesadas en fabricar expedientes penales con el propósito de afectar su imagen, la imagen del partido que dirige y del Gobierno que controla desde el punto de vista político.