Tragedia y cambio
La caída del Gobierno encabezado por Victor Ponta no ha logrado calmar las protestas pacíficas de los rumanos. Cada noche, decenas de miles de personas salen a la calle para pedir la eliminación de la corrupción.
Bogdan Matei, 06.11.2015, 16:56
En Bucarest, la desesperación, el dolor y el horror se han convertido en rabia. Y la rabia genera cambios que muchos deseaban, pero pocos se atrevían a hacerlos posibles. Tras el incendio del pasado viernes ocurrido en una discoteca de la capital, que ha dejado más de 30 muertos y casi 150 heridos, los rumanos han respetado los 3 días de luto nacional. Desde este martes, la gente ha salido a la calle, lo que ha afectado gravemente al poder.
Espontáneas, convocadas en las redes sociales sin líderes conocidos y sin esperar la aprobación por parte de las autoridades, las marchas de protesta han reunido cada noche a decenas de miles de personas, tanto en la capital como en las grandes ciudades del país. Los manifestantes, entre ellos muchos jóvenes, expresan de manera dura, categórica y sarcástica, pero no violenta, la protesta de los ciudadanos contra una clase política percibida como cínica, incapaz y corrupta. !La corrupción mata!, gritaban los manifestantes, que en igual medida han denunciado la administración central y local. Este miercóles, el primer ministro socialdemócrata Victor Ponta, que ha estado bajo investigación penal desde el pasado verano por delitos de corrupción, junto con su Gabinete tripartito, presentó su dimisión.
También este miércoles, renunció a su mandato el alcalde local Cristian Popescu-Piedone, cuyo ayuntamiento del sector 4 ha aprobado las autorizaciones para el club donde ocurrió la tragedia. Desde este jueves, los representantes de los partidos parlamentarios han acudido a la sede de la Presidencia del país para celebrar conversaciones con el jefe del Estado, Klaus Iohannis, sobre el nuevo primer ministro. Desestabilizados por la vehemencia de las protestas, los políticos no han hecho ninguna propuesta nominal, dado que de momento el Gobierno representa un carbón encendido en las manos de cualquiera de ellos.
El ministro de Educación, Sorin Câmpeanu, ha sido nombrado primer ministro interino, pero nadie cree que esta situación dure mucho. El número uno de la coalición del Gobierno, el PSD, aboga a favor de la fórmula tripartita, junto con la UNPR y la ALDE, dado que, según declaran los socialdemócratas, necesitamos la instalación urgente de un Ejecutivo que elabore el borrador del presupuesto para el próximo año y que se encargue de la administración del país durante el invierno. El PNL y la UDMR en la oposición piden disolver el Parlamento y organizar elecciones anticipadas, con el fin de modificar el ámbito político y reconfirmar a los diputados y los senadores. La idea de las elecciones anticipadas parece contar con el apoyo de los manifestantes.
”¡Este es el momento/ Abajo el Parlamento!” o “¡Todos los partidos / la misma miseria!” son solo dos de los lemas de los manifestantes cuyas reividicaciones han venido aumentando. También piden la dimisión de otras figuras públicas: el Abogado del Pueblo, Victor Ciorbea, el Partriarca ortodoxo, Daniel, e incluso el presidente Iohannis. Otros consideran que esta crisis representa la quiebra de la República y piden restaurar la Monarquía. Estos días en la calle, la diversidad de voces expresa casi todas las tensiones de la sociedad rumana.
(traducido por simona sarbescu)