Tendencias autonomistas en Europa
Las tendencias centrífugas afectan a la unidad de Europa.
Bogdan Matei, 23.10.2017, 15:41
Los resultados de los referendos organizados este domingo en el norte de Italia no dejan lugar a muchas intrepretaciones optimistas. Iniciadas el año pasado, con la conusulta popular sobre el brexit, y ampliadas este otoño por la fiebre secesionista catalana, las tendencias centrífugas afectan a la unidad de Europa. Para permanecer en la Unión Europea, los escoceses parecen cada vez más atraídos por la idea de separarse de Londres. En Bélgica, la mayoría de los flamencos están cada vez menos ligados a los francófonos de Valonia y Bruselas. De los 12 millones de italianos que han podido votar, más del 60% se han presentado a las urnas en la región de Veneto y más del 32% en Lombardía, y más de un 90% de los participantes en la votación han optado por una mayor autonomía de las dos provincias. El voto es estrictamente consultivo y, según la corresponsal de Radio Rumanía en Roma, se ha desarrollado en concordancia con la ley italiana. Los resultados de la votación podrían conllevar una negociación con el Ejecutivo de Roma, para unos mejores acuerdos financieros. Sin embargo, según los analistas, el norte de la península itálica no puede quedarse más del dinero que produce sin causar problemas a las regiones más pobres del sur. Esto es exactamente lo que desean los promotores del referéndum, la formación considerada extremista, la Liga Norte, que desde hace más de 20 años manifiestan que los milaneses, los turineses o los genoveses eficientes y ricos sostienen a los napolitanos y los sicilianos pobres y perezosos. Los sociólogos llaman a esta fractura en el interior de unas sociedades por lo demás homogéneas desde el punto de vista étnico “chovinismo del bienestar”.
Incrementada por el orgullo de una identidad especial, se manifiesta también en Cataluña, la zona más próspera, pero también la más endeudada de España. Más de un 40% de las exportaciones de productos electrónicos y coches de la región proceden de Cataluña, que aporta también 12 de los 60.000 millones que el país recibe anualmente del turismo. Pero por otro lado, su deuda pública, de 44.000 millones de euros, se debería pagar si quedara sin la garantía de Madrid. Además, los analistas han afirmado que una Cataluña hipotéticamente independiente saldría también de la zona euro, porque no tiene siquiera un banco central propio. Tampoco formaría parte de la Unión Europea, y los ciudadanos necesitarían pasaporte para ir a Madrid o París. En nombre de Rumanía, el ministro de Exteriores, Teodor Meleşcanu, ha reafirmado el firme apoyo a la soberanía y la integridad territorial de España. Cualquier declaración unilateral de independencia, indiferentemente de la forma en la que se haga, no tiene fundamento jurídico y no puede producir ningún tipo de consecuencias jurídicas, ha destacado el jefe de la diplomacia de Bucarest. Por lo demás, ningún Estado miembro de la Unión tiene la intención de reconocer una Cataluña independiente, y Bruselas ha calificado el problema catalán como uno de política interna de España.