Situación tensa en Chisináu
Bogdan Matei, 21.01.2016, 15:52
Si Chisináu no hubiera tenido un nuevo Ejecutivo antes del 29 de enero, el tercero en menos de un año, el presidente Nicolae Timofti se habría visto obligado a iniciar los procedimientos para realizar unas elecciones legislativas antes de término. Según todos los sondeos sobre las intenciones de voto, la izquierda pro-Moscú, socialista y populista, las habría ganado de lejos. Justamente las posibles elecciones anticipadas parecen haber sido el impulso más fuerte para los 57 diputados de un total de 101 que, en una reunión organizada casi de manera conspirativa y que sólo duró media hora, votaran el programa y la composición del equipo de Pavel Filip.
Ellos pertenecen a los grupos parlamentarios demócrata, del que también forma parte el nuevo primer ministro, y liberal, a los que se ha añadido un grupo de diputados excomunistas, convertidos de la noche a la mañana a la socialdemocracia, y algunos liberaldemócratas, cuyo partido ha pasado oficialmente a la oposición.
La eliminación de las elecciones anticipadas debe haber irritado a miles de manifestantes filorusos que, inmediatamente después de la votación, entraron en la sede del Legislativo superando los cordones de seguridad. 13 personas resultaron heridas, entre ellas, ocho policías y el líder del Partido Liberal, el expresidente interino de la República, Mihai Ghimpu. En una entrevista a Radio Rumanía, el analista Iulian Chifu, director del Centro de Prevención de Conflictos y exconsejero presidencial en Bucarest durante los mandatos de Traian Băsescu, ha destacado que, exactamente durante el asalto al Parlamento, aterrizaron de manera intempestiva en el aeropuerto de Chisináu el líder populista, Renato Usatîi, y el socialista, Igor Dodon, que llegaron de Moscú con lo que Chifu llama las “indicaciones de allí”.
En la discreta ceremonia de investidura del nuevo Ejecutivo, el presidente Timofti ha destacado que el apoyo popular es un elemento obligatorio para el éxito de las políticas gubernamentales. Varias representanciones de las instituciones internacionales acreditadas en Chisináu han hecho un llamamiento a la calma y han aconsejado a las autoridades que no permitan que empeore la situación. En nombre de la vecina Rumanía, el primer ministro Dacian Cioloş ha subrayado la importancia de tener un Gobierno estable en Chisináu, que realice las reformas económicas y sociales necesarias.
A su vez, la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, ha declarado que aconseja a todas las partes interesadas de la República de Moldavia que inicien el diálogo para encontrar juntas el camino correcto. Según el profesor Chifu, el único camino lo representan las reformas, que podrían convencer al Fondo Monetario Internacional y a Rumanía a reanudar los préstamos que permitirían respirar a la República de Moldavia. En caso contrario, ha advertido que el camino hacia la quiebra financiera, económica y finalmente estatal, es imparable.