Relajación y estimulante de riesgo
Los diputados no están de acuerdo con la ordenanza del Gobierno sobre las medidas de apoyo reembolsadas a personal de la medicina en lo que respecta al transporte, el equipamiento, la evaluación, el diagnóstico y el tratamiento de pacientes de COVID-19.
Corina Cristea, 18.06.2020, 13:53
El balance de los casi cuatro meses transcurridos desde la confirmación de la primera infección en Rumanía con el nuevo coronavirus indican alrededor de unos 23.000 contagios y más de 1450 muertes. El número de los casos nuevos había entrado en una pendiente descendente a principios de este mes y las esperanzas de todos eran que pronto alcanzarían el orden de las decenas todos los días, para que gradualmente la transmisión se detuviera y la vida volviera a la normalidad. Sin embargo, desde hace una semana la curva ha aumentado de nuevo y se informan diariamente de doscientos a trescientos nuevos contagios. El crecimiento de los números de casos se produce después de varias medidas de relajación y no resultan sorprendentes, ha declarado para Radio Rumanía el ministro de Sanidad Nelu Tataru:
“Nos encontramos después de tres períodos de relajación. Durante estos períodos de relajación esperábamos tener un crecimiento progresivo, no exponencial, lo que está ocurriendo, ya que al mismo tiempo tenemos esas órdenes ministeriales para establecer reglas para el desarrollo y funcionamiento de estas actividades. Mientras sigamos estas reglas podemos decir que tenemos una evolución favorable, a pesar del ligero aumento en el número de casos nuevos, pero tenemos una evolución favorable y podemos pensar que a partir del 1 de julio tendremos una nueva ola de relajación.”
Para los del campo de la salud no es posible hablar de relajación en la lucha contra el COVID-19. Por otro lado, al final de tantas semanas de esfuerzos continuos, en algunos de ellos ha aparecido la decepción provocada por lo que los sindicatos del campo definieron como “la forma injusta de otorgar el incentivo de riesgo”, incentivo que se paga con fondos europeos. Se trata de una remuneración adicional de 2500 lei, es decir, el equivalente a unos 500 euros, que los encargados de la gestión de la crisis pandémica decidieron al comienzo de esta ofrecer a aquellos que trabajaban en los hospitales COVID-19. “Las expectativas de los empleados eran muy altas, como resultado de las declaraciones públicas del ministro de salud, quien dijo que en los hospitales declarados COVID-19 se beneficiarían de este incentivo todos los empleados”, han especificado los sindicalistas. Pero, han agregado “el incentivo se ha otorgado solo a quienes trasportaron y entraron en contacto directo con pacientes con COVID-19 y no a todos aquellos que llevaron a cabo una actividad intensa durante este período.”
Para evitar las diferentes interpretaciones y para prevenir cualquier injusticia, la Cámara de los Diputados ha adoptado el miércoles como órgano de decisión un proyecto de ley que establece que este incentivo se otorgue también durante el estado de alerta no solo para el estado de emergencia y se especifican las categorías de empleados que se beneficiarán de este dinero. Se trata del personal médico-sanitario y auxiliar, incluido el personal especializado de las estructuras médico-sanitarias paraclínicas y el personal paramédico, incluido el de las estructuras civiles, así como el personal operativo de intervención de los servicios de ambulancia directamente involucrados en el transporte, equipamiento, diagnóstico y tratamiento de pacientes sospechosos y/o diagnosticados con COVID-19.