Reglamentaciones europeas sobre los trabajadores desplazados
El Parlamento Europeo está preparado para negociar con los Estados miembros la directiva de los trabajadores desplazados.
Roxana Vasile, 27.10.2017, 15:30
El Parlamento Europeo está preparado para negociar con los Estados miembros la directiva de los trabajadores desplazados. El visto bueno por parte del Legislativo comunitario ha llegado después de que este lunes los ministros de Trabajo de la Unión Europea llegaran a un acuerdo sobre la reforma de esta directiva. Los debates podrían empezar en el mes de noviembre, esperando que se llegue a un compromiso, pero no se anuncian fáciles. “La reforma sobre las normas aplicables a los trabajadores desplazados tiene por objetivo una mejor protección de los mismos y una competencia leal entre las compañías. Las cosas van en una dirección correcta, pero el diablo está en los detalles”, se ha afirmado en el Parlamento Europeo. Un trabajador desplazado es un empleado enviado temporalmente por su empleador para ofrecer servicios en otro Estado miembro de la Unión Europea.
En 2015, aproximadamente 2 millones de personas estaban en esta situación, siendo los desplazamientos más frecuentes en sectores clave como la construcción, la educación, la sanidad, los servicios sociales y los servicios para los negocios. Según la directiva de 1996, una empresa puede enviar a sus trabajadores a trabajar, por un plazo determinado, a otros países, pagando por ellos las contribuciones sociales iguales que en el país de origen. La extensión de la Unión hacia el este ha llevado al uso masivo de esta norma por parte de las empresas de los Estados de la región. Pero el objetivo de una reforma de la directiva es la mejor protección de los empleados ante el dumpin salarial y social. Por ello, según han acordado este lunes los ministros de Trabajo, los desplazamientos se podrían limitar, en el futuro, a como máximo 12 meses, con la posibilidad de prolongación, en casos excepcionales, hasta 18 meses. Sólo el sector de los transportes no se sometería a las nuevas regulaciones, hasta que se adopte una reforma creada especialmente para este sector.
Los ministros de Polonia y Hungría han votado en contra del acuerdo. Igual que ellos han votado Letonia y Lituania, mientras que el Reino Unido, Irlanda y Croacia se han abstenido. En cambio, Rumanía, que tiene muchos trabajadores desplazados, ha votado a favor de las modificaciones. Son numerosos aquellos que creen que era de esperar que las grades economías del oeste de Europa manifestasen en un determinado momento un “no” decidido a la manera considerada astuta en la que algunos empleadores explotan la mano de obra del antiguo bloque del Este: los trabajadores son contratados por el salario mínimo en sus países de origen, se les da un poco de dinero y son desplazados. Otros ven en la reciente decisión de los ministros una batalla de la que Rumanía, por ejemplo, saldría perdedora. Ellos consideran que la garantía que Bucarest ha dado a favor del acuerdo se debe a una concesión ante Francia. Su presidente, Emmanuel Macron, es el que ha pedido insistentemente la modicación de las condiciones actuales para los trabajadores desplazados, ya que sus compatriotas se quejan frecuentemente de que las personas del Este roban sus trabajos. Por lo demás, varios líderes de Europa del Oeste han pedido que los trabajadores desplazados tengan salarios iguales que los empleados locales durante el periodo en el que trabajan en otro país miembro de la Unión Europea.