Nuevamente sobre la retirada de las tropas rusas de Transnistria
Rusia reafirma su disponibilidad para retirar la munición del este separatista de la República de Moldavia (exsoviética, con mayoría de rumanohablantes).
Bogdan Matei, 12.09.2019, 14:36
Obligada a experimentar una cohabitación no siempre cómoda entre el presidente socialista filorruso Igor Dodon y el Gobierno preponderantemente prooccidental dirigido por Maia Sandu, la República de Moldavia trata de mantener sus buenas relaciones con Bruselas y Bucarest, y normalizarlas con Moscú. La retirada de las tropas rusas del territorio de la República de Moldavia sigue siendo una de las prioridades de Chisináu, según ha repetido el miércoles pasado en Moscú el ministro de Exteriores, Nicu Popescu.
Durante su primera visita como responsable de Exteriores a la capital rusa, Popescu se ha reunido con su homólogo Serghei Lavrov y ha elogiado la disponibilidad de Moscú de evacuar y neutralizar la munición depositada en la región secesionista de Transnistria. Según el corresponsal de Radio Rumanía, Lavrov ha precisado que se trata de munición cuyo plazo de almacenamiento ha caducado, respectivamente la mitad del total de unas 20.000 toneladas. Las obras preparatorias pueden durar más de un año y en este sentido son necesarios contactos entre los Ministerios de Defensa de Moscú y Chisináu. Anteriormente, también el ministro ruso de Defensa, Serghei Soigu, había anunciado en Chisináu la disponibilidad de Moscú de evacuar y neutralizar su munición de Transnistria. Los comentaristas se muestran prudentes en cuanto a estos compromisos y subrayan que la medida es más bien paliativa.
El año pasado, la Junta General de la ONU adoptó con un resultado categórico el proyecto de resolución avanzado de la República de Moldavia. Los coautores del proyecto fueron 10 países incluyendo Rumanía y Ucrania, vecinos de la República de Moldavia, los tres Estados bálticos que durante medio siglo estuvieron bajo ocupación soviética y varios miembros importantes de la Unión Europea y la OTAN tales como Reino Unido o Polonia. Como el más firme valedor de la independencia y de la integridad de su país vecino, Bucarest recibió con satisfacción la adopción de la resolución, con 64 votos a favor, solamente 15 en contra y 83 abstenciones. Los Estados Unidos, Alemania, Francia, Canadá, Turquía o Japón figuraron entre los actores internacionales importantes que votaron por la retirada de los rusos. Los votos en contra llegaron por parte de los aliados fieles de Moscú, como Armenia o Bielorrusia, y de los regímenes dictatoriales de Corea del Norte, Siria o Cuba. Transnistria salió, de facto, del control de las autoridades centrales en 1992 después de un conflicto armado saldado con centenares de muertos y finalizado con la intervención de las tropas de Moscú a favor de los separatistas. En 1990, en la Cumbre de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) celebrada en Estambul, Rusia, dirigida en aquel entonces por el presidente Boris Yeltsin, se comprometió a retirar sus tropas y armamento. Sin embargo, cinco años más tarde, el proceso paró definitivamente, cosa que dio lugar también a un chiste amargo según el cual la República de Moldavia es el Estado más largo del mundo porque hace dos décadas que los rusos se retiran y aún no han acabado.