Nochevieja: costumbres y tradiciones rumanas
Con motivo de la fiesta del Año Nuevo, empiezan los juegos de máscaras. Grupos de jóvenes, que lucen los más hermosos trajes populares guardados para tal ocasión, recorren las aldeas y las ciudades.
Simona Sarbescu, 01.01.2016, 13:04
La cultura y las tradiciones de Rumanía son tan antiguas como el pueblo mismo. Los rumanos celebramos nuestra herencia historica, combinando las estaciones del año, los acontecimientos religiosos, el nacimiento, el casamiento y la muerte, con las fiestas que se han conservado incluso en la actualidad.
Los rumanos celebran la Nochevieja, en rumano Anul Nou o el Revelion, en familia o con los amigos. Muchos resisten hasta el alba y muchos se reúnen en la calle para celebrar. Respecto a gastronomía, de las mesas rumanas no pueden faltar platos típicos como las tradicionales sarmale (carne picada en hojas de col), los embutidos, el cerdo asado, la ensalada beuf y los dulces típicos como el cozonac, pan dulce con relleno de nueces o chocolate o semillas de amapola. En las regiones rurales, y también en las ciudades, aún podemos encontrar viejas tradiciones paganas, en las que la gente se disfraza y se echan a la calle montados en pequeños araditos de madera, mientras recitan versos tradicionales y tocan cascabeles.
Con motivo de la fiesta del Año Nuevo, empiezan los juegos de máscaras. Grupos de jóvenes, que lucen los más hermosos trajes populares guardados para tal ocasión, recorren las aldeas y las ciudades. Como recompensa por sus «espectáculos» , los protagonistas reciben dinero, frutas, dulces y nueces. Entre estas viejas costumbres destacan «Plugusorul (el Aradito)- género de villancico recitado con motivo de la Noche Vieja, «Steaua» (Estrella) y los cortejos de máscaras como son «Capra» (la Cabra), (el oso) Ursul y «Buhaiul» (Zambomba).
Los niños cantan el «aradito / plugusorul», un poema en el que piden y desean que el año que llega sea fructífero. Es una celebración eminentemente agraria, e incluso el nombre viene de la palabra «plug», arado. El aradito desea un buen año nuevo a los campesinos representando los momentos del trabajo agrícola y los animales que participan en este trabajo (como el buey). Así, el instrumento llamado buhai representa el bramido del buey, mientras otros niños llevan latigos con los que golpean la tierra.
Uno de los más espectaculares rituales es la «danza del oso», un animal icónico para los bosques de Rumanía. Simbolizando la muerte y el renacimiento del Año Nuevo, la danza del oso es acompañada generalmente por la música de los tambores que dictan el ritmo del baile.
Otra máscara representativa es la «cabra», que cuenta la historia de prácticas mágicas que tienen el poder de resucitar al animal, otro símbolo de la muerte y el renacimiento de la naturaleza. En general, la máscara de cabra está tallada en madera, cubierta de pelo, con una mordaza que se mueve hacia arriba y hacia abajo y tiene cuernos de una cabra verdadera. El cuerpo de la cabra está hecho de una tela de colores.
Otra bonita costumbre es Sorcova. Es una tradición de Año Nuevo, los niños van de casa en casa llevando una rama con flores o que se llama sorcova (un palo ornamentado con flores de papel colorido).
Esta costumbre simboliza las ramas que acaban de florecer .Si la sorcova se inclina hacia una persona y la toca, se considera que hace la función de barita mágica y le traerá vigor y juventud.
El ritual va acompañado de unas oraciones que nos recuerdan a un encantamiento mágico:
Sorcova, vesela,
Să trăiti, să-mbătrâniti… Sorcova, la alegre
Que vivan, que envejezcan,
Como un peral, como un manzano,
Como una rosa.
Duro como la piedra
Rápido como la flecha
Duro como el hierro
Rápido como el acero…
Las máscaras tradicionales rumanas están fabricadas de trapo o madera, con cuernos y piel de animales (oso y cabra), adornadas con lana y pedacitos de espejo.
Los bailes de enmascarados tienen un origen pagano, pre-cristiano y evocan los momentos difíciles que se presentan cuando los efectos de la lucha entre el bien y el mal, que tiene lugar en el Universo, afectan la vida de cada hombre. La mayoría de los rumanos son cristianos ortodoxos, aunque existen también católicos del rito bizantino, luteranos, protestantes, armenios, judíos y musulmanes. Por ellos las costumbres y las creencias del invierno de nuestro pueblo son variadas, y se celebran con fiestas distintas.
Por toda Rumania tienen lugar fiestas de máscaras en las que la gente se disfraza de animal. En las aldeas de Maramures, por ejemplo, principalmente se disfrazan de animales que en el folklore han tenido un papel mágico, como la cabra, el oso, el ciervo o los caballos.
Los hombres forman cortejos con máscaras y recorren las aldeas con música, mientras bailan. En muchas ocasiones se representa también la muerte del invierno o del año viejo intentando asustarlo, arrastrándolo o golpeándolo simbólicamente o simplemente a través de danzas y movimientos mágicos.
En las danzas de animales, cabra y oso, ciervo y caballo, pueden ir separados, juntos, o rodeados de otros disfraces, acompañados por trajes populares. Un espectáculo muy interesante y que nos lleva a rituales precristianos muy simbólicos y divertidos.