Negociaciones post electorales
Las negociaciones sobre el futuro Ejecutivo europeo de Bruselas parecen ser complicadas. Rumanía, al igual que todos los países miembros de la UE, tiene sus propios intereses.
Florentin Căpitănescu, 28.05.2014, 18:00
Tras el veredicto de las urnas en las elecciones al Parlamento Europeo del pasado domingo, que han puesto de manifiesto la preocupante ascensión al poder de los grupos extremistas, euroescépticos y populistas, se han iniciado las negociaciones sobre el futuro Ejecutivo comunitario. El primero que intentará obtener una mayoría simple en el Legislativo comunitario, es decir, 376 de un total de 751 escaños, es el primer ministro luxemburgués Jean-Claude Juncker, el candidato del Partido Popular Europeo (PPE) a la presidencia de la Comisión Europea. La legitimidad de Juncker se justifica por el hecho de que el PPE cuenta con el mayor número de escaños, 213, en el futuro Parlamento Europeo. Según los analistas, su misión será bastante difícil. El grave descenso del PPE, que ha perdido más de 50 de sus escaños, y el avance en la derecha radical del PPE de un numeroso grupo de eurófobos y nacionalistas con tendencias xenófobas han disminuido la fuerza y la unidad de esta familia ideológica.
Precisamente por esta razón, según destacan dichos analistas, Juncker no se permite el lujo de una negociación dura, sobre todo dado que entre sus posibles futuros socios figuran los segundos clasificados, los socialistas, que cuentan con casi 200 de los votos totales. Sobre la posible asociación de los populares con los socialistas también ha hablado el primer ministro rumano, Victor Ponta:
“Obligatoriamente, los principales programas y proyectos de la Comisión Europea para los próximos 5 años deberán reflejar las prioridades de estos dos partidos. Seguro que así será. Ahora todos entienden que las medidas de austeridad no han sido favorables a Europa. De estas medidas de austeridad se han aprovechado desde el punto de vista político precisamente los antieuropeos”.
Sobre los intereses de Rumanía, más allá de la estructura de la nueva mayoría, ha hablado en términos pragmáticos el jefe del Estado, Traian Băsescu. Como miembro de la futura Comisión Europea, Rumanía ha establecido 4 grandes objetivos, según ha destacado Traian Băsescu:
“El aumento del número de puestos de trabajo. El segundo objetivo es el crecimiento económico duradero, principalmente como resultado de las inversiones. El tercero es concentrarnos en la infraestructura en la parte oriental de la UE y, por último, pero no menos importante, el precio de la energía, como elemento esencial de competitividad”.
Por otro lado, Rumanía, como todos los países miembros, se preocupa por el cargo que asumirá en el futuro Ejecutivo europeo. Tanto el jefe del Estado como el primer ministro se han declarado de manera explícita a favor de mantener la cartera de Agricultura, cuyo titular actual es Dacian Cioloș. Sin embargo, ambos han dado a entender que sus opciones difieren en cuanto al nombre de la persona que Rumanía debería proponer para esta cartera.