Muere el principal sospechoso en el caso de Hexi Pharma
En Rumanía, el caso de los desinfectantes diluidos sigue siendo un tema de interés público.
România Internațional, 23.05.2016, 15:55
Coincidencia extraña o no, tras haber provocado la compañía Hexi Pharma un gran escándalo jurídico-mediático, en el caso de los desinfectantes diluidos suministrados a los hospitales rumanos, este domingo el dueño de la compañía, Dan Condrea, falleció en un accidente de tráfico. La Policía ha anunciado que abrirá una investigación penal por homicidio involuntario sin descartar la hipótesis de un suicidio, ya que en el lugar del accidente no hay huellas de frenado. Este lunes, Condrea iba a declarar ante la Fiscalía General, que en este caso podía dictar prisión preventiva. El accidente producido ayer se inscribe en un contexto más amplio, en el que su antigua compañía, la principal proveedora de desinfectantes en el sector sanitario, está pasando por un momento difícil. Una investigación periodística ha mostrado las ilegalidades cometidas por Hexi Pharma, ya que la prevención de las infecciones intrahospitalarias es cuestión de vida o muerte en cualquier sistema médico del mundo civilizado. La actitud indiferente o más bien inconsciente manifestada por Hexi Pharma hacia la salud de los pacientes ha hecho que los fiscales la acusaran de obstaculizar el combate de las enfermedades y falsificar los productos. A su vez, los jueces han decidido que la compañía no puede disolverse, ni enajenar activos, ni producir o vender biocidas. Como prueba de la gravedad del escándalo, el ministro de Sanidad, Patriciu Achimaş-Cadariu, presentó su dimisión, y esta semana la crisis del sistema sanitario será sometida a debate en la reunión del Consejo Supremo de Defensa del País (CSAT). El jefe del Estado, Klaus Iohannis:
“Este problema no se soluciona por el CSAT. En el CSAT se pueden debatir, o analizar, por ejemplo, las relaciones entre el Ministerio de Sanidad y los Servicios. Pero solucionar los problemas no es la atribución del CSAT, sino de las instituciones habilitadas. El Ministerio de Sanidad debe elaborar las políticas. El mismo Ministerio deberá presentar una reforma de las regulaciones, deberá crear una legislación destinada a prevenir estos problemas. Los fiscales, la policía, deberán buscar a los culpables, a los que hayan violado la ley ”.
Por otro lado, a pesar de tener consecuencias muy graves, la crisis de los desinfectantes es solo un pequeño elemento del juego de rompecabezas representado por la sanidad. La financiación insuficiente, también reflejada por los salarios del personal médico, la política de adquisiciones practicada por las unidades sanitarias, la mala infraestructura de los hospitales o los supuestos delitos cometidos en el mercado de los medicamentos, son ejemplos de factores que han alimentado la desconfianza en el sistema. Un sistema que, por lo menos teóricamente, siempre ha sido considerado “prioridad nacional” .