Movimientos sindicales en la actualidad
Las políticas económicas y sociales aplicadas por el Gobierno de Rumanía han sido criticadas tanto por los sindicatos como por las patronales.
Bogdan Matei, 20.10.2017, 15:30
En la Rumanía poscomunista, el otoño es, tradicionalmente, una estación caliente. Desde la década de 1990, cada mes de octubre y noviembre se organiza el mayor número de mitines y marchas sindicales para pedir reivindicaciones salariales. Aunque muchas cosas han cambiado desde entonces en el ámbito económico y social, y la fuerza del movimiento sindicalista ha venido disminuyendo, este otoño en Rumanía tampoco faltan las manifestaciones de protesta. Este jueves, algunos miles de miembros de la Federación Sanitas, de los empleados del sistema sanitario, se reunieron en el centro de Bucarest para protestar contra las modificaciones legislativas que regulan los salarios, que se aplicarán a partir del próximo 1 de enero y que, según los sindicatos, recortarán sus ingresos. La principal reivindicación de los sindicatos se refiere a la eliminación del umbral del 30% para los incentivos. Además, quieren que ahora todos los empleados del sistema de sanidad y asistencia social se beneficien de estas medidas, incluido el sector técnico y administrativo. Por último, pero no menos importante, piden que se elimine la transferencia del pago de las contribuciones sociales del empleador al empleado, ya que esto anulará el aumento de los salarios de un 25 % previsto por la nueva ley de salarios.
”Desde hace meses, los gobernantes no hacen más que simular su interés por los sectores que ellos mismos han calificado ”de importancia nacional”. Invocando la aplicación del Programa del Ejecutivo, han aprobado medidas que en realidad no son buenas para los empleados del sistema sanitario”, ha dicho el presidente de la Federación Sanitas, Leonard Bărăscu. Después de las manifestaciones de este jueves, los líderes de Sanitas han anunciado que tomarán una decisión sobre una posible huelga general en el sistema sanitario y de asistencia social. Como los sindicatos ya han salido a la calle, el Gobierno PSD-ALDE podría ahora enfrentarse a la oposición de las patronales, tras haber anunciado que todos los empleados de Rumanía tendrán que pagar a partir del próximo año una tasa de un 2% del fondo bruto de salarios, como contribución a la solidaridad social pagada a las arcas del Estado. La tasa se aplicará junto con la tranferencia de las contribuciones sociales del empleador al empleado.
Según ha precisado el Ministerio de Finanzas en un comunicado, el nivel de las contribuciones se ha establecido en función del pago de las ayudas sociales destinadas a los empleados, como la prestación por desempleo y baja médica o la indemnización por accidente de trabajo e incapacidad laboral. El presidente del Consejo Nacional para las PYMES de Rumanía, Florin Jianu, cree que no se sabe quién se beneficiará de la tasa de solidaridad, a diferencia de las contribuciones pagadas por los empleadores, cuyos beneficiarios ya se conocen. El pago de la contribución afectará al entorno empresarial, ya que los empleadores deberán pagar más por la adquisición de nueva tecnología electrónica, ha advertido Jianu, exministro de Entorno Empresarial.