Las relaciones entre la UE y Suiza tras el referéndum sobre la migración
Los suizos votaron el pasado domingo a favor de restringir la inmigración. ¿Cuáles serán las consecuencias?
Roxana Vasile, 10.02.2014, 21:29
Solo un 0,3% ha sido suficiente para que el referéndum celebrado el pasado domingo en Suiza genere una ola de reacciones en Europa. Convocados a las urnas por la iniciativa de un partido político de extrema derecha, la Unión Demócrata de Centro, el 50,3% de los habitantes de los cantones votó a favor de imponer límites a la inmigración y de reinstaurar un sistema de cuotas o cupos para trabajadores de la Unión Europea con el fin de limitar más estrictamente el número de trabajadores extranjeros en función de los requisitos de la economía, que es una de las más prósperas del viejo continente. El Gobierno de Berna ha anunciado que se someterá a esta decisión de los ciudadanos y que la aplicará dentro de poco. El vicepresidente del partido que inició esta consulta popular, Oskar Freysinger, se ha declarado convencido de que este voto será una fuente de inspiración para muchos países europeos.
La reacción de la extrema derecha francesa no ha tardado en manifestarse: ha apreciado la “lucidez” del pueblo suizo. Lo mismo ha hecho la extrema derecha de Austria, que lo ha calificado de gran éxito. En Italia, los populistas de la Liga del Norte han manifestado su intención de solicitar la organización de un referéndum similar en su país, mientras que en Reino Unido los representantes de Ukip, un partido populista, hablan de una “buenísima noticia para los partidarios de la libertad y la soberanía nacional en Europa”. Cabe destacar que estas reacciones podrían generar graves tensiones tan solo cuatro meses antes de las elecciones al Parlamento Europeo. Por otro lado, la Unión Europea ha expresado su lamento y ha anunciado que reanalizará sus relaciones con Suiza, dado que el voto del pasado domingo podría tener graves repercusiones sobre las relaciones futuras entre este país y el bloque comunitario. Con una población de 8 millones de habitantes, Suiza no es miembro de la UE. Dado que tiene firmados acuerdos bilaterales con el bloque comunitario, ha aceptado tras largas negociaciones abrir su mercado laboral a los europeos.
Según la Unión, la iniciativa y el resultado de este referéndum contravienen el principio de libre circulación que regula estos acuerdos. Más de dos tercios de los europeos sostienen que la libre circulación es una ventaja para sus países y que es el deber de la Comisión consolidarla, según destacaba hace poco la comisaria de Justicia, Derechos Fundamentales y Ciudadanía, Viviane Reding. A su vez, László Andor, comisario de Ocupación Laboral, Asuntos Sociales e Inclusión, precisaba que la gente va a zonas donde hay trabajo y que esto es bueno tanto para los trabajadores y sus países de origen como para el país que los recibe. De la población total de Suiza, el 23% son extranjeros. A estos últimos los culpan de los problemas de la infraestructura y del dumping salarial. ¿Qué hará este país sin trabajadores extranjeros? Hay muchos italianos, franceses o austriacos que cada día cruzan la frontera al país vecino precisamente porque tienen competencias específicas en sectores como investigación científica, micro-mecánica, artesanía, construcción o turismo. Por esta razón, muchos creen que el principal perdedor tras el referéndum celebrado el pasado domingo, de hecho, podría ser nada menos que Suiza.