Las autoridades intervienen en la crisis de Blue Air
Los rumanos afectados por la suspensión de los vuelos de la compañía Blue Air empiezan a llegar a Rumanía en los aviones de la aerolínea nacional Tarom. Más detalles les ofrece Mihai Pelin.
Mihai Pelin, 08.09.2022, 09:31
5 millones de lei, es decir alrededor de 1 millón de euros, ha asignado el Gobierno rumano del fondo de reserva, para cubrir los gastos de repatriación, en los aviones de la Tarom, de los rumanos bloqueados en el extranjero, a raíz de la decisión del pasado martes, de la aerolínea Blue Air, de suspender temporalmente los vuelos. El primer ministro Nicolae Ciucă convocó el comité de crisis para acelerar la resolución de la situación y declaró prioritario traer de vuelta al país a los ciudadanos que estaban en los aeropuertos extranjeros. Un primer avión voló a Tel Aviv (Israel), donde había casi 150 pasajeros. No obstante, muchísimos rumanos aún están bloqueados en todo el mundo, y más de 2.000 de ellos han acudido a los servicios consulares, para que los ayude el Estado. Blue Air ha motivado su decisión invocando el embargo de sus cuentas, dispuesto por la Administración del Fondo de Medioambiente a causa de las deudas atrasadas de la aerolínea, y ha declarado no poder seguir cumpliendo sus obligaciones financieras.
El miércoles pasado, sus cuentas fueron desembargadas y las autoridades decidieron que la deuda de 28 millones de lei correspondiente a los certificados de contaminación fuera liquidada a plazos, a lo largo de un año. La compañía afirma que podría pagar esta cantidad únicamente en caso de funcionar en condiciones normales. Según Blue Air, la suspensión de sus vuelos durante una semana significa la cancelación de más de 400 vuelos, para los que se compraron más de 54.000 billetes.
Las deudas de Blue Air, según las estimaciones, ascienden a 230 millones de euros, aproximadamente la mitad del total de los ingresos obtenidos durante un año normal de operación de vuelos.
Conforme a la compañía, el número de sus empleados ha bajado hasta casi un tercio, en comparación con el período previo a la pandemia. Su flota está formada por 13 aeronaves, respecto a las 32 que había hace tres años, y el número de sus aviones bajará a tan sólo cinco en los próximos meses. Blue Air fue creada en 2004, tenía 35 empleados y una aeronave, pero luego se desarrolló mucho. En los últimos años, no obstante, empezaron los problemas, después de que su accionista principal fuera detenido por los fiscales Anticorrupción y, posteriormente, condenado a prisión con ejecución de la pena.
Hasta junio de 2023, Blue Air está sujeta a convenio de acreedores, un mecanismo iniciado hace dos años a fin de evitar la insolvencia, que permite a una compañía proponer a sus acreedores un plan de recuperación y liquidación de las deudas. En 2020 también, en plena pandemia, la aerolínea obtuvo, igualmente, un préstamo con avales del estado por valor de más de 60 millones de euros. En verano, Blue Air recibió una multa récord, de 2 millones de euros, de la Autoridad Nacional de Protección del Consumidor, por haber cancelado, entre 2021 y 2022, más de 11.000 vuelos, por los que se habían realizado pagos por valor total de 66,5 millones de lei (unos 13,7 millones de euros). Muchísimas personas de las que habían pedido que se les devolviera el dinero por los billetes pagados no recibieron nada. Una parte de esas personas acudieron a los tribunales y, de esta forma, obtuvieron las cantidades que les correspondían, más unos intereses simbólicos por el período durante el cual su dinero había permanecido en las cuentas de Blue Air.
Traducción al español: Gabriela Ristea