La santificación de dos Soberanos Pontífices
El papa Francisco ha presidido este domingo en el Vaticano, ante un numeroso público, la canonización de dos Pontífices que han marcado la historia de la Iglesia Católica. Las biografías de Juan XXIII y Juan Pablo II se vinculan incluso a Rumanía.
România Internațional, 28.04.2014, 18:37
“Declaramos santos a Juan XXIII y Juan Pablo II”, es la fórmula que ha pronunciado el papa Francisco ante los inmensos retratos de los dos expontífices, Angelo Roncalli y Karol Wojtyla, en la ceremonia celebrada este domingo en la plaza de San Pedro. Cientos de miles de peregrinos han asistido a esta ceremonia, la primera en la que han sido canonizados dos papas, figuras emblemáticas y además complementarias de la Iglesia Católica tras la Segunda Guerra Mundial, según señalaban las agencias de prensa. El papa Juan XXIII convocó el Concilio Vaticano II, que facilitó el acercamiento de la Iglesia Católica al mundo moderno e incluso a otras religiones, mientras que Juan Pablo II, el primer papa polaco de la historia, fue un carismático e infatigable mensajero del amor misericordioso en todo el mundo y contribuyó a la caída del comunismo.
A la ceremonia celebrada este domingo también han asistido el Arzobispo de Bucarest y el presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Rumanía, Ioan Robu, así como numerosos sacerdotes, monjes, monjas y peregrinos de nuestro país. El Arzobispado Católico Romano recuerda que ambos Pontífices ahora proclamados santos estuvieron en Bucarest. Juan Pablo II hizo una visita histórica a Rumanía en mayo de 1999, la primera de un pontífice a un país con mayoría ortodoxa. El italiano Angelo Roncalli también visitó Rumanía en 1930 y 1932, cuando emprendía una misión diplomática a Bulgaria. En 1944, como delegado apostólico en Turquía, a solicitud del rabino jefe de Jerusalén, salvó a miles de judíos rumanos deportados a Transnistria (ahora región en el este de la República de Moldavia), debido a que envió ayudas a los campamentos y emitió falsos certificados de bautismo para los judíos.
Además, Monseñor Roncalli intervino en Estambul para salvar a los refugiados judíos de Rumanía, que habían salido en barco del puerto de Constanza para llegar a Jerusalén atravesando las aguas territoriales de Turquía. Gracias a su intervención, 750 judíos rumanos, de los cuales un tercio eran niños, se salvaron de la muerte. “Tanto Juan XXIII como Juan Pablo II amaban a nuestro país”, destaca el comunicado del Arzobispado Católico Romano de Bucarest, que añade “Sin embargo, el elemento que de manera maravillosa vincula a ambos pontífices a nuestro país es un hermano capuchino, Jeremías de Valaquia (1556-1625), el primer rumano elevado oficialmente al honor de los altares por la Iglesia Católica. Juan XXIII reconoció los méritos heróicos de fray Jeremías en 1959 y Juan Pablo II lo beatificó en 1983, ofreciendo así a los creyentes rumanos oprimidos un protector divino en el Cielo.”