La Revolución rumana de 1989
Los acontecimientos dedicados a la Revolución de diciembre de 1989 han continuado este jueves en Bucarest y en otras localidades, algunas conocidas como « ciudades-mártir ».
România Internațional, 22.12.2016, 14:28
La Cámara de los Diputados ha convocado una sesión solemne dedicada al 27º aniversario de la Revolución y en los lugares donde han caído los héroes de diciembre se han celebrado misas religiosas : en Bucarest, delante del Monumento dedicado a los héroes de la Revolución, así como delante de las sedes de la Televisión Rumana y la Radiodifusión. El día 22 de diciembre es conocido como « el día del triunfo », pero un triunfo pagado con la sangre de cientos de manifestantes. Cabe recordar que la chispa de la Revolución Rumana fue encendida en Timişoara (oeste), la primera ciudad que tuvo el valor de desafiar el poder comunista, proclamando su libertad el 21 de diciembre.
Tras un intento fracasado de atraer a las masas de trabajadores que participaban en un mitin en el centro de Bucarest y después de la noche agitada del 21 al 22 de diciembre , cuando el ejército, la Miliţia y la Securitate (policía política) asesinaron a 50 revolucionarios en la calle, el dictador Nicolae Ceauşescu huyó, bajo la presión de la calle, del balcón del Comité Central del Partido Comunista. La disolución de las estructuras del poder comunista, el ejército que confraternizó con la población, la detención de Elena y Nicolae Ceauşescu y la ocupación de las sedes de la Radio y la Televisión por los manifestantes fueron los principales elementos que permitieron iniciar el proceso de transformación en la sociedad rumana. Un Consejo interino de la Salvación Nacional presentó los objetivos más importantes como la eliminación del papel de líder atribuido a un único partido político y la instalación de un sistema democrático pluralista de gobierno, la organización de elecciones libres en abril, la separación de los poderes del Estado, una nueva Constitución, la promoción de la libre iniciativa en la economía, la estimulación de los pequeños productores campesinos, la democratización de la educación y la cultura, derechos y libertades para las minorías nacionales, el respeto a los derechos humanos, la libertad y la integración al proceso de construcción de la Europa unida. La victoria lograda el 22 de diciembre se vio ensombrecida por elementos diversionistas o leales al régimen que dispararon en Bucarest, donde dejaron más de 500 muertos, soldados y civiles. He aquí la declaración de un testigo ocular de los acontecimientos (track) :
« Todavía, si cierro los ojos, puedo revivir ese recuerdo. Muertos, fusilados , con balas en la cabeza,y llevados en brazos de la gente. Nunca he podido olvidar, en 27 años, la sangre que había en la calle delante de Colţea(n.red — centro de Bucarest), todo me ha quedado vivo en la memoria y así perdurará hasta el fin. Nunca olvidaré el momento en que grité por primera vez, aquí en esta plaza: ¡Libertad! ».
«Un granito de libertad » del que los rumanos solo pudieron disfrutar después de la Navidad, cuando los dictadores Elena y Nicolae Ceauşescu fueron enjuiciados y ejecutados.