La Revolución rumana comenzó en Timisoara
La conmemoración de la Revolución rumana ha empezado, igual que cada año, en Timisoara, la primera ciudad libre de comunismo de Rumanía.
Daniela Budu, 16.12.2019, 15:46
Hace 30 años, en Timisoara, en la parte occidental de Rumanía estallaron las primeras protestas anticomunistas dirigidas contra el régimen encabezado por Nicolae Ceausescu, protestas que se extenderían al resto de las ciudades del país. Del 16 al 20 de diciembre del año 1989, tuvo lugar la revolución de Timisoara y el 21 de diciembre es considerado el primer día de la revolución de Bucarest. Numerosos revolucionarios participaron el pasado domingo en la Marcha de la Libertad rehaciendo el itinerario seguido hace tres decenios. Los revolucionarios rememoraron los días calientes durante los cuales perdieron la vida más de 100 personas, 400 resultaron heridas y 1000 fueron detenidas. El historiador Adrian Kali recuerda cómo vivió los días de la revolución en Timisoara. Adrian Kali:
“Hubo una matanza, las protestas fueron ahogadas en sangre, hubo muertos y heridos, pérdidas materiales, pero también lágrimas de alegría para la nueva Rumanía que entonces renacía de la sangre y la ceniza de las víctimas.”
Durante la Marcha de la Libertad los revolucionarios expresaron su descontento por no haber sido castigados todos los culpables por los crímenes del mes de diciembre de 1989. Viorel Sas nos dice qué opina acerca de la Revolución después de los tres decenios transcurridos:
“Inacabada. Desgraciadamente, muchas cosas han sido demoradas como por ejemplo castigar a los culpables que trataron de reprimir la Revolución y por las pérdidas de vidas humanas incluso después de la fuga de Ceausescu, cuando todas las instituciones de represión del Estado ya habían declarado a través de sus dirigentes que estaban del lado de la Revolución.”
Ioan Savu, otro participante en la Revolución nos dirá que sintió 30 años atrás:
“En diciembre de 1989, en medio de la Plaza de la Victoria estábamos más de 100.000 personas que nos habíamos percatado de la dimensión de nuestra libertad.”
Los actos conmemorativos han continuado también estos días con ofrendas de coronas de flores en el Cementerio de los Héroes de Timisoara y espectáculos dedicados a la Revolución rumana. Esta semana se organizarán exposiciones de pintura, presentaciones de libros, conciertos dedicados a la Revolución rumana, así como exposiciones de fotos. Se encenderán velas y se oficiarán misas delante de la Catedral de Timisoara en las que participarán tanto los antiguos revolucionarios como los herederos de las víctimas caídas en la Revolución. El próximo martes, en Timisoara será día de luto. Del 19 al 21 de diciembre, los herederos de los héroes mártires organizarán, igual que cada año, un peregrinaje a las ciudades de Bucarest y Slatina tras las huellas de las víctimas que fueron quemadas en el Crematorio durante la revolución, y el próximo 20 de diciembre se celebrará el día en que Timisoara fue declarada la primera ciudad libre de comunismo de Rumanía. El historiador Constantin Corneanu, director científico del Instituto de la Revolución Rumana ha declarado que el cambio de régimen de Rumanía se esperaba en toda Europa.
“Las expectativas eran grandes y la revolución fue una respuesta a lo que decía el presidente francés de entonces, Francois Mitterand. El 23 de noviembre de 1989, en el Parlamento Europeo, éste decía que estaban esperando oír la voz del pueblo rumano ya que el resto de las naciones había salido a la calle en Praga, en Varsovia, en Berlín Oriental, en Budapest y en Sofía. Los rumanos habían quedado los últimos en hacerlo y todas las miradas apuntaban hacia Bucarest para ver si éramos capaces de hacer algo. Logramos hacer la Revolución pero el precio fue enorme. Las víctimas de la Revolución, los revolucionarios detenidos en Timisoara todos fueron torturados y quemados en el crematorio “Ceniza”, hombres, mujeres y niños.”
Conviene decir que el año 1989 puso fin a los regímenes comunistas de los países de Europa Central y del Este, y Rumanía fue el único país excomunista en que el paso a la democracia se hizo de manera violenta, a través de amplias protestas y luchas callejeras y en que los dirigentes del antiguo régimen fueron ejecutados.