La República de Moldavia mira hacia el este
Igor Dodon ha hecho a Moscú su primera visita al extranjero como presidente de la República de Moldavia.
Roxana Vasile, 18.01.2017, 15:11
A finales de diciembre, Igor Dodon juró como presidente de la República de Moldavia. El jefe prorruso del Estado exsoviético donde la mayoría de la población habla el rumano empezó su mandato en tromba. Aunque en 2013 el Tribunal Constitucional de Chisináu decidió que el rumano era la lengua oficial de la República, Igor Dodon lo ha sustituido en la página web de la institución presidencial por el idioma “moldavo”. Ha sentido también la necesidad de ajustar cuentas con el exlíder de Bucarest, Traian Băsescu, retirando su ciudadanía de la República de Moldavia, apenas dos meses después de recibirla. Según sus declaraciones en la campaña electoral en contra del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, la bandera azul con estrellas amarillas del bloque comunitario ha desaparecido de la entrada del Palacio de la República situado en Chisináu. En cambio, para volver a confirmar su orientación filorusa, estos días Igor Dodon ha elegido hacer a Moscú su primera visita al extranjero como jefe del Estado, siendo también la primera visita bilateral de un líder moldavo a Rusia en los últimos 9 años. Esto porque Igor Dodon desea que el Estado que lidera vuelva a reanudar la colaboración estratégica con Rusia, que no se desarrolló durante el mandato de su predecesor proeuropeo, Nicolae Timofti, que consideraba que el acercamiento a la Unión Europea, con el apoyo de la vecina Rumanía, era una gran prioridad.
Este martes, el presidente Dodon fue recibido en el Kremlin por su homólogo ruso Vladimir Putin y ha declarado en presencia del mismo que el Acuerdo de Asociación entre la República de Moldavia y la Unión Europea, firmado en 2014, se podría revisar o incluso anular después de las próximas elecciones parlamentarias de Chisináu, si gana el Partido de los Socialistas, del que era líder antes de tomar el mandato de presidente. Según Igor Dodon, el acuerdo de asociación con los europeos no ha traído ningún beneficio a la República de Moldavia; Chisináu obtendría en cambio unas ventajas considerables en el marco de la Unión Económica Euroasiática, pidiendo en este sentido el presidente moldavo a Vladimir Putin el apoyo para que la República obtenga el estatuto de observador. Por lo demás, Moscú ha concedido a la visita de Igor Dodon un estatuto político superior, reflejado en los elementos de organización, en la lista y el formato de las reuniones, pero también en el intercambio de regalos. Vladimir Putin ha ofrecido al líder de Chisináu un mapa histórico de la República de Moldavia, con las fronteras del siglo XVIII, lo que hizo que Igor Dodon afirmara ni más ni menos que “la mitad del actual territorio de Rumanía es moldavo”. Los analistas políticos consideran que el presidente Dodon está en Moscú para enfocar sobre todo los problemas que interesan a Rusia, y no los temas prioritarios para la República de Moldavia. El hecho de que en la delegación oficial de Chisináu no estuviera ningún miembro del Gobierno indica que Igor Dodon está por cuenta propia y no está actuando como representante del Estado. En cuanto a los intereses de Rusia, éstos siguen gravitando en el ámbito geopolítico.