La República de Moldavia – entre el Este y el Oeste
Aunque a finales del mes de junio la República de Moldavia dará un paso importante hacia la integración europea, su camino hacia occidente no es irreversible.
Bogdan Matei, 10.06.2014, 15:24
Hay mucha tensión política en Chişinău. Dentro de poco, exactamente el próximo 27 de junio, la República de Moldavia firmará los acuerdos de asociación y de libre comercio con la Unión Europea. Con la firma de dichos acuerdos, Bruselas reconoce el compromiso pro-occidental de la actual administración de ese país ex soviético, de habla mayoritariamente rumana. Sin embargo, desde el punto de vista político y geopolítico, el asunto todavía no está arreglado. El viceministro ruso de exteriores Grigori Karasin, llegó a Chişinău para lo que la portavoz del ministerio de exteriores de la República de Moldavia, Ana Taban llamó conversaciones sobre un amplio abanico de temas”.
Entre ellos figuran el desarrollo del diálogo político, la cooperación en el sector comercial así como en la esfera humanitaria y la situación en la región separatista prorrusa de Transnistria. Sin embargo, los analistas afirman que en realidad, Karasin vino para preparar la visita de su jefe, Sergei Lavrov, quien intentará una vez más convencer a sus anfitriones de que renuncien al camino hacia el oeste.. En vísperas de la visita, el viceministro ha declarado ya que la firma del acuerdo con la UE influirá negativamente en las relaciones ruso — moldavas. También el embajador de Rusia en Chişinău, Farit Muhametsin cree que dicho acuerdo conllevará un cambio en las relaciones entre Moscú y Chişinău y afectará de manera negativa el volumen de los intercambios comerciales. Además, el viceprimer ministro, Valeriu Lazăr, puntualizaba que la República de Moldavia está interesada en mantener la cooperación comercial y económica con Rusia incluso después de la firma del acuerdo de asociación con la UE.
Todas estas declaraciones reflejan los temores de ambas partes. Para Rusia, la salida definitiva de su esfera de influencia de una de sus antigua colonias es difícil de aguantar. Contra el acercamiento de Chişinău a la UE trabajan también, por su cuenta o dirigidos por Moscú, los secesionistas de Transnitria así como los partidos rusófilos de la oposición, que invocan los sondeos según los cuales más del 49% de los ciudadanos — nostálgicos de la época soviética — preferirían la Unión Aduanera controlada por Rusia. Los comunistas, los socialistas y los líderes de extrema derecha han hecho declaraciones de hostilidad contra Bruselas, lo que ha hecho que el analista Oazu Natoi afirme que si los rusos llegaran a Chişinău como llegaron a Crimea, la mitad del Parlamento los acogería con los brazos abiertos.
Para la República de Moldavia, más allá del deseo auténtico de la integración europea de los actuales gobernantes y de los sectores activos y dinámicos de la sociedad, queda la dependencia del gas ruso y los centenares de miles de ciudadanos que pueden encontrar empleo únicamente en el mercado laboral ruso. Por lo tanto para Europa, el partido de ajedrez de Chişinău apenas acaba de comenzar.