La República de Moldavia antes de las elecciones parlamentarias
El 24 de febrero, en la República de Moldavia (exsoviética, con mayoría de rumanohablantes) tendrán lugar elecciones parlamentarias con un objetivo no sólo político sino también geopolítico.
Bogdan Matei, 07.02.2019, 16:00
Más de 4 años después del más reciente escrutinio legislativo celebrado a finales del 2014, el Parlamento de Chisináu contará con una nueva composición. Los comicios del próximo 24 de febrero tendrán lugar en base al sistema electoral mixto en el que 50 diputados se elegirán por listas de partidos y los 51 restantes por circunscripciones electorales uninominales, en una sola vuelta electoral. Paralelamente a las elecciones también se celebrará un referéndum sobre la reducción del número de diputados de 101 a 61, así como la posibilidad de revocarlos por parte de los ciudadanos. Al igual que en las elecciones pasadas, en la República de Moldavia creada en una parte de los territorios rumanos orientales anexionados por la antigua Unión Soviética, en 1940, tras un ultimátum, el escrutinio no será sólo una elección política sino también geopolítica. Los resultados de los sondeos sobre la intención de voto indican que tan sólo cuatro formaciones políticas accederían al nuevo Legislativo de Chisináu. Los favoritos son los socialistas filorrusos del presidente Igor Dodon, con casi un 40% de las opciones, seguidos por el bloque ACUM de la derecha proeuropea, con un 25% y por el Partido Demócrata, de centro-izquierda, principal partido del Gobierno de coalición, declarado prooccidental, con un 15%.
La República de Moldavia se enfrentará a un nuevo momento crítico para su desarrollo, y fuerzas internas y externas tratan de desestabilizarla y dividir la sociedad, según ha advertido el embajador de EE. UU. en Chisináu, Derek J. Hogan. Al igual que Bucarest y Bruselas, Washington califica las elecciones parlamentarias de prueba crucial. Los EE. UU., según ha añadido el diplomático estadounidense, hacen un llamamiento a las autoridades de todos los niveles para que aseguren un proceso electoral libre, correcto y transparente en el que todos los candidatos puedan participar en condiciones iguales sin sentirse acosados o intimidados. El presidente del actual Parlamento, Andrian Candu (PD), está convencido de que la República de Moldavia tendrá un Gobierno prooccidental también después de las elecciones, aunque los socialistas se conviertan en ganadores, porque ellos no reunirán el número necesario de votos para formar una mayoría. Él añade que el compromiso europeo de Chisináu es tan fuerte que para obtener la admisión en las estructuras comunitarias está dispuesta a renunciar también a la reintegración de la región prorrusa de Transnistria (en el este), que salió del control de las autoridades centrales en 1992 después de un conflicto armado saldado con centenares de muertos. En nombre de la Rumanía vecina, el embajador de Chisináu, Daniel Ionita, ha prometido a su vez que en el semestre en que Bucarest ocupa la presidencia del Consejo de la UE, la república vecina se beneficiará de un lugar especial en su agenda.