La reforma de las pensiones especiales, tema de debate
El problema de las denominadas pensiones especiales sigue siendo un asunto incómodo en la agenda del Gobierno rumano. Un comentario de Bogdan Matei.
Bogdan Matei, 12.05.2023, 11:42
Los protocolos que rigen el funcionamiento de la actual coalición gobernante rumana estipulan que, en menos de un mes, el presidente del Partido Socialdemócrata (PSD), Marcel Ciolacu, reemplazará en el cargo de primer ministro al presidente de los liberales, Nicolae Ciucă. Y, al asumir el cargo, también le tocará llevar el problemático expediente de las pensiones especiales, que no cumplen con el principio de la cotización y de las que se benefician especialmente los exparlamentarios, exdiplomáticos, exmagistrados o exempleados de los sistemas de defensa, seguridad u orden público.
El proyecto de reforma del sistema de pensiones especiales puede ser aprobado por el Parlamento antes de finales de la actual sesión, pero sigue estando sobre la mesa la posibilidad de que el Gobierno asuma la responsabilidad gubernamental, anuncia Ciolacu. Añade también que está manteniendo un diálogo permanente sobre este tema con el ministro de Trabajo, su compañero del PSD, Marius Budăi. El problema, según admite el futuro primer ministro, es que este asunto tenía que estar ya cerrado, porque está incluido en la tercera solicitud de pago para beneficiarse de financiación a través del Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia (PNRR), el programa por medio del cual Bruselas apoya con fondos una parte de las inversiones y reformas de Rumanía.
Budăi irá la semana que viene a Bruselas, para volver a tratar este asunto con los mandatarios europeos. Mientras tanto, el Banco Mundial ha finalizado el informe relativo al impacto de las nuevas medidas propuestas por la coalición en el caso de las pensiones especiales y, según la información publicada por la prensa, el documento muestra que el resultado, en lo que atañe a la reducción de los gastos presupuestarios, sería insignificante. Gravar las pensiones especiales de manera progresiva, hasta un máximo del 15 %, tendrá efectos de escasa importancia, afirman los especialistas del Banco Mundial. Lo mismo ocurre con otra medida, que eliminó cinco bonificaciones de la base de cálculo de las pensiones de los militares. Ésta conllevará una reducción de tan sólo el 2 % de la cuantía de la pensión laboral de un militar.
El ministro de Defensa, Angel Tîlvăr, que también es miembro del Partido Socialdemócrata (PSD), ha vuelto a insistir en que nadie debería tocar las pensiones de los militares, porque estas no son pensiones especiales. Asimismo, ha declarado que es preciso determinar al mayor número posible de jóvenes a ingresar en el ejército. «No sirve de nada hablar de tanques, misiles, corbetas, fragatas, de todas las cosas que deseamos y que tendremos. Estos necesitan personal altamente cualificado, porque, hoy por hoy, el Ejército Rumano significa personal con nivel de cualificación sumamente alto. Por eso, yo insisto en el ingreso en las fuerzas armadas, pero también en fomentar el deseo de permanecer en las fuerzas armadas, incluso asegurando un determinado nivel de vida y la predictibilidad de una carrera en este campo».
Desde la oposición, la Unión Salvar Rumanía (USR) afirma que el Partido Socialdemócrata (PSD) y el Partido Nacional Liberal (PNL) están mintiendo a los rumanos cuando dicen que quieren eliminar las pensiones especiales, y tacha al primer ministro liberal Ciucă de «mandatario con tres corbatas», ya que cobra su sueldo, cobra la pensión especial de general en la reserva y también recibirá, en el futuro, pensión especial por haber sido parlamentario.
Traducción al español: Gabriela Ristea