La política rumana después de las elecciones locales
El PNL no puede evitar los problemas internos surgidos tras las recientes elecciones locales, donde el partido ha sufrido una grave derrota.
Ştefan Stoica, 09.06.2016, 15:38
Analizadas únicamente desde el punto de vista de los resultados obtenidos en todo el país, las elecciones locales celebradas el pasado domingo en Rumanía han registrado un éxito del PNL, la principal formación de derecha. Alcanzando un 32 o un 33 %, los liberales se sitúan por detrás del ganador, el PSD, con una diferencia de solo 5 puntos porcentuales. Un resultado que les permite participar con más ánimo en las elecciones parlamentarias del próximo otoño.
La situación cambia de manera radical si analizamos los resultados obtenidos en Bucarest. Así, en la capital, anteriormente considerada un baluarte tradicional de la derecha liberal, el PSD ha ganado todos los escaños, el de alcalde general, los 6 alcaldes de sectores, los consejeros locales y el consejo general. Además, quiere imponer todas sus decisiones, ya que ninguna fuerza política se le opone, a raíz de la alianza con los disidentes liberales de ALDE. El PNL ya está muy preocupado y no solo por el resultado, calificado de desastre por todos los analistas, sino también por el hecho de que este partido podría perder su posición como alternativa al PSD. En la capital, ese lugar ha sido reivindicada por la Unión Salvad Bucarest, una antigua ONG convertida en partido. La USB, liderada por el ambicioso Nicuşor Dan y los profesionales honestos que le apoyan, se anuncia capaz de cumplir los requisitos de integridad dictados por este segmento de votantes educados que han decidido no tolerar la política de mercadillo, la corrupción y la incompetencia de los partidos tradicionales.
El mensaje transmitido por el electorado del PNL está claro: tendrán que hacer un cambio profundo de mentalidad y actitud o tendrán que enfrentarse al riesgo de una desaparición de facto, como ocurrió en el caso del PNŢCD, la principal fuerza política a finales de los años 90 y ahora un partido que no ha entrado en el Parlamento. Los jefes de las filiales locales y el presidente de la filial de Bucarest han asumido el fracaso y han renunciado al cargo. Algunas voces críticas del partido piden la dimisión del secretario general, Ilie Bolojan, considerado responsable del fracaso, ya que fue el jefe de la campaña electoral. Pero Bolojan ha sido reconfirmado en el cargo, lo que demuestra de manera clara que cualquier rebelión en el seno del partido contra la directiva del PNL, incluidos los copresidentes Alina Gorghiu y Vasile Blaga, será derrotada.
Para los representantes de la izquierda, que se han declarado muy contentos con el resultado de las elecciones, la prioridad es constituir alianzas locales con sus antiguos amigos, la UNPR y la ALDE. También cabe destacar otro aspecto: la dimisión del jefe de la Cámara de los Diputados, Valeriu Zgonea, al que su partido le ha echado de sus filas por haberse atrevido a pedir al presidente Liviu Dragnea que se retirara tras haber sido condenado a 2 años de cárcel con suspensión del cumplimiento en el caso del referéndum de 2012 sobre la destitución del entonces presidente Traian Băsescu.
Los socialdemócratas han cambiado las regulaciones para que Zgonea fuera destituido, pero el presidente ha denunciado el nuevo reglamento, invocando el incumplimiento de los procedimientos parlamentarios. (traducido por S.Sarbescu)