La migración y el mercado laboral
El déficit de personal cualificado y el aumento de los costes laborales representan motivos de preocupación para las compañías de los países de Europa Central y Oriental, entre los cuales está también Rumanía, según la compañía de asesoría Coface.
Bogdan Matei, 31.05.2017, 15:15
Las sucesivas ampliaciones de la Unión Europea hacia el Este han abierto también el mercado laboral comunitario para los ciudadanos de los Estados de Europa Central y Oriental. En 2004, 8 países excomunistas fueron admitidos en la Unión seguidos en 2007 por Rumanía y Bulgaria, y en 2013 por Croacia. Tras abandonar sus países para buscar unos empleos más seguros y mejor pagados, millones de polacos, rumanos, húngaros o búlgaros trabajan y pagan en el presente impuestos en todo Occidente. Su migración ha permitido a los países de origen librarse del pago de las indemnizaciones de paro para numerosas víctimas de la transición de la economía centralizada y quebrada al capitalismo a veces salvaje y sin escrúpulos. Así que, en el presente, el mercado laboral de la región de Europa Central y Oriental continúa mejorando y las tasas del desempleo han bajado hasta su nivel más mínimo aunque son mayores que el promedio de la UE, según indica un análisis realizado por la renombrada compañía de asesoría Coface.
Los datos macroeconómicos indican para los próximos 4 años alzas salariales y una inflación reducida que han transformado el consumo generado por los hogares en el principal motor de la expasión económica. Así, a partir del año 2010, los sueldos brutos han aumentado en más de un 30% en Rumanía y Bulgaria, y en más del 20% en Hungría y Polonia, según indica dicho documento. En cambio, las compañías se ven afectadas porque se enfrentan a empleados cada vez más exigentes en la negociación de sus sueldos viéndose obligadas a aceptar costes laborales mayores. El índice reducido de la natalidad y la inmigración a Europa Occidental también han contribuido al déficit de mano de obra y han creado una barrera en el camino de la expansión de los negocios. Incluso las compañías que pagan sueldos mayores se enfrentan a dificultades en cuanto a la contratación. Los aumentos salariales superan en el presente los beneficios de la productividad laboral, pero los costos regionales de la mano de obra siguen siendo tres veces mayores que en Occidente. Esta diferencia ventajosa de la cual disfrutan Europa Central y Oriental en cuanto a los costos unitarios de la mano de obra junto con su proximidad geográfica y cultural con Occidente deberían traer beneficios comerciales competitivos. Sin embargo, dichos beneficios podrían verse afectados a medio plazo si la inmigración de las personas jóvenes y cualificadas continúa, según advierte el análisis de Coface. El déficit de mano de obra podría atenuarse si los inmigrantes regresaran a sus países de origen, fenómeno poco probable. Por eso, Coface recomienda a los Gobiernos de la región que alienten la contratación en el mercado laboral de las minorías étnicas, las mujeres y la población anciana, y estimulen la formación profesional.