La lucha anticorrupción, en Estrasburgo
Dicen que la lucha anticorrupción de Rumanía empieza a eclipsar la renombrada operación Manos limpias a través de la cual, a comienzos de los años 90, los fiscales italianos limpiaron la podredumbre de la clase política de Roma.
Bogdan Matei, 21.03.2017, 14:02
Calificada desde hace muchos años como la mujer más fuerte de Rumanía y dada por los sondeos de opinión como favorita del electorado de derecha en el caso de una posible candidatura para la presidencia, la jefa de la Dirección Nacional Anticorrupción, Laura Codruta Kovesi, ya está gozando de una gran fama en el extranjero. Recientemente, y respondiendo a la invitación del Alto Tribunal de Casación y Justicia de Sofía, Kovesi ha viajado a Bulgaria para compartir la experiencia rumana en un campo muy sensible para ambos Estados. En Rumanía, un 90% de los expedientes de corrupción finalizan con condenas mientras que en Bulgaria este porcentaje es 30 veces menor, según afirma el corresponsal de Radio Rumanía en Sofía, como prueba de que la estrategia de Bucarest pudiera ser relevante para los vecinos búlgaros.
El lunes pasado, Kovesi participó en Estrasburgo en una conferencia del GRECO (Grupo de Estados contra la Corrupción), organismo anticorrupción del Consejo de Europa. El tema general de los debates ha sido prevenir la corrupción en los altos cargos gubernamentales y en las agencias que aplican la ley después de que en la ronda anterior fuera monitorizada la corrupción entre parlamentarios, jueces y fiscales. Los conflictos de intereses, las políticas de reclutamiento de la esfera pública a la esfera privada de algunos exmiembros del Ejecutivo y Legislativo o las declaraciones de bienes han sido temas enfocados durante la conferencia de Estrasburgo.
Rumanía necesita revisar la legislación sobre la inmunidad y el aumento de la transparencia en las adquisiciones públicas para poder luchar más eficazmente contra la corrupción a nivel gubernamental, ha declarado allí la jefa de la DNA. Kovesi ha explicado que la inmunidad de los ministros no debe superar el período de su mandato para que la investigación de los sospechosos de corrupción pueda continuar.
En su discurso, publicado en la página web del GRECO, la jefa de la DNA ha señalado el caso de un ministro acusado de haber recibido alrededor de 45.000 euros para facilitar la obtención de contratos a ciertas empresas. La investigación fue cerrada porque el Parlamento no pudo aprobar la solicitud para levantarle la inmunidad. Fue uno de los fracasos de la DNA en una campaña anticorrupción finalizada en 2016 con más de 1000 inculpados enviados a juicio. Entre éstos figuran 3 ministros, 6 senadores, 11 diputados, 47 alcaldes, 16 magistrados y 21 compañías nacionales. Sin embargo las cifras no siempre han sido tan espectaculares. Hace un decenio, en 2006, incluso antes de que nuestro país se adhiriera a la Unión Europea, en los tribunales rumanos fueron introducidos tan sólo 360 casos de corrupción de alto nivel. Cuatro años más tarde, el número de los acusados superaba los 900 para que en 2016 llegara a 1273. Los resultados de la DNA se deben, según señalan los expertos del GRECO a la independencia real de la justicia, la especialización de los fiscales, a una ley funcional y al consenso de una clase política que, al menos de forma declarativa, apoya la lucha anticorrupción aunque precisamente los políticos sean los protagonistas de los expedientes más sonados.