La libre circulación en la UE
La anunciada invasión de rumanos y búlgaros no se ha producido. Doce días después de la entrada en vigor de la liberalización total del mercado laboral en todos los países miembros de la UE, no se confirman los temores expresados insistentemente a finales
Valentin Țigău, 13.01.2014, 16:43
La apertura del mercado laboral europeo a rumanos y búlgaros desde el pasado uno de enero no ha determinado un aumento espectacular de demandas de trabajo en países como Alemania y Reino Unido. Es una conclusión preliminar que afloja en cierta medida la tensión política sobre este tema. Sin embargo, sigue centrando la atención del debate público el fenómeno de la migración de rumanos y búlgaros, ciudadanos de países miembros de la UE que gozan de los mismos derechos que los alemanes o los británicos, por ejemplo, en el mercado laboral europeo.
En Berlín el gobierno ha estado y sigue estando preocupado por el acceso de los inmigrantes rumanos y búlgaros al sistema alemán de Seguridad Social. La Unión Social Cristiana ha adoptado una resolución que estipula expulsar y prohibir el acceso ulterior a Alemania a las personas que abusen del sistema de asistencia social. El europarlamentario Elmar Brok, de la Unión Demócrata Cristiana, ha propuesto incluso la repatriación de los inmigrantes del Este que acuden a Alemania huyendo de la pobreza y el registro de sus huellas dactilares para impedir que vuelvan a intentarlo. Esta medida ha sido duramente criticada por Rumanía y Bulgaria. En Reino Unido tampoco se ha producido la invasión de trabajadores procedentes del este de Europa, hecho comentado con humor en algunos periódicos londinenses.
El embajador rumano en la capital británica, Ion Jinga, ha explicado en una entrevista a Radio Rumanía que si los rumanos y los búlgaros tienen ahora la libertad de elegir cualquier país europeo para trabajar legalmente, tienen también la obligación de analizar las ventajas y los riesgos de sus opciones.
“Creo que la decisión de trabajar en otro país se debe tomar en base a un análisis lúcido de factores como la profesión, el sector en que quiere uno desempeñar su actividad, la oferta de empleo, el dominio del idioma del país de acogida, la situación familiar, las expectativas financieras y los costes de vida en el extranjero. Si no se analiza correctamente la situación, el riesgo de fracaso es considerable. No son pocos los casos en que rumanos llegan al Reino Unido y se dan cuenta de que la oferta de empleo dista mucho de lo que ellos esperaban. Es evidente que ningún país de Europa es un Eldorado en esta época; en todas partes es una opción que implica mucho trabajo, muchos sacrificios, es un riesgo asumido.”
Por otra parte, la retórica contra la inmigración que centró el debate público y el discurso político británico los últimos meses parece haber alejado a los estudiantes de Bucarest de la idea de buscar trabajo en Gran Bretaña, afirma The Financial Times. De hecho, según esta publicación, en 2012 el número total de rumanos que emigraron fue de 170.186, el nivel más bajo de los últimos diez años, mientras el número récord de personas que han decidido volver a Rumanía es de 176.266.
(trad. Irina Calin)