La inmunidad y la justicia
En Rumanía, miles de personas han salido a la calle para protestar contra el bloqueo en el Senado, de una investigación por homicidio involuntario contra el ex vice primer ministro y ministro del Interior, Gabriel Oprea.
Bogdan Matei, 23.09.2016, 15:18
El pasado 5 de septiembre, los senadores y los diputados de Bucarest volvieron al trabajo en la última sesión del actual Parlamento, una sesión breve, de tan solo tres meses, antes de las elecciones legislativas del 11 de diciembre. A la vez con la vuelta de los parlamentarios, han reanudado su actividad los más temidos adversarios de la corrupción en la política: los fiscales de la Dirección Nacional Anticurrupción y los manifestantes cívicos. Miles de personas se reunieron el pasado jueves delante del Palacio del Parlamento de Bucarest, así como en el centro de otras grandes ciudades del país, para protestar contra el rechazo por el Senado de la solicitud de la DNA de iniciar un proceso penal contra el senador Gabriel Oprea, ex vice primer ministro y ministro del Interior. “Es un voto político que bloquea a la justicia”, ha concluido la jefa de la DNA, Laura Codruţa Kovesi, después de que los parlamentarios mantuvieran la inmunidad a Oprea. Gabriel Oprea es acusado de homicidio involuntario porque hace casi un año, un policía que integraba su comitiva oficial perdió la vida en un accidente de moto. Según la DNA, el vice primer ministro estaba haciendo en aquel momento un viaje privado y no tenía derecho a una comitiva oficial. Tanto los juristas, como los comentaristas de prensa califican dichas acusaciones de inconsistentes y dicen que Oprea, ya investigado en otros expedientes penales mucho más graves no corre necesariamente el riesgo de ser condenado en el caso del policía que falleció en ese accidente. Las manifestaciones de protesta han sido alimentadas, sin embargo, por la negativa de los senadores de dar el visto bueno al procesamiento de uno de sus compañeros. Los manifestantes han hecho estas declaraciones para Radio Rumanía:
“Quieremos justicia, no inmunidad. Desgraciadamente, nuestros gobernantes son parlamentarios con inmunidad, que pueden robar y empobrecernos. ¿Hasta cuándo hay que aguantarlo todo? No se respetan las reglas, y las reglas son distintas para distintas personas. Eso es lo que le he explicado a mi hijo cuando me ha preguntado por qué venimos aquí. El Parlamento ha desafiado a la justicia y a la familia al negarse a dar su visto bueno. Nosotros no acusamos a nadie, solo pedimos que dejen a los fiscales ir ante los jueces y que decidan en esta situación.”
Las protestas han sido de una virulencia y envergadura sin precedentes desde noviembre de 2015, cuando el gobierno de coalición encabezado por el socialdemócrata Victor Ponta dimitió bajo la presión de las marchas gigantescas anticorrupción. Ni siquiera tres meses antes de las elecciones, la clase política parece estar asustada. El presidente Klaus Iohannis ha advertido que es necesario reevaluar el sistema de la inmunidad, incluso de la inmunidad presidencial. El PNL ha exigido que se vote de nuevo para levantar la inmunidad a Oprea y el PSD ha anunciado que está de acuerdo. El propio Oprea ha escrito en una red social que pedirá al presidente del Senado que someta a voto una vez más la solicitud de la DNA de aprobar el inicio del proceso penal en su contra. Oprea ha señalado también que pedirá a sus compeñeros que voten para aprobar esta solicitd, porque no huye de la justicia y considera que es inocente. Sin embargo, no está claro si desde el punto de vista del procedimiento, el voto podrá repetirse.