La agricultura rumana y los productos ecológicos
El sector ecológico podría ser una oportunidad para que la agricultura rumana se revitalice. Esto es lo que opinan los especialistas incluyendo a los del Ministerio de Agricultura de Bucarest.
Florentin Căpitănescu, 22.09.2014, 16:12
En el período comunista, la agricultura representaba un bien nacional, y Rumanía era considerada el granero de Europa. La importante producción de cereales, especialmente de trigo y maíz, se había convertido en un instrumento de propaganda de un régimen para el que la batalla con sus propios récords en este sector era una malsana obsesión. Sin embargo, los resultados no eran una casualidad, porque la agricultura rumana tenía una buena infraestructura y recursos naturales impresionantes. A las grandes inversiones del Estado en los sistemas de irrigación o en las fábricas de máquinas agrícolas se añadía la excelente calidad del suelo.
Sin embargo, todo esto se basaba en un concepto inaplicable en la economía de mercado, esto es, la agricultura centralizada, que fue posible tras la gran colectivización forzosa que los comunistas habían puesto en marcha a finales de los años ´40 hasta comienzos de los años ´60. Tras la caída del régimen, en 1989, la agricultura se convirtió paulatinamente en la cenicienta de la economía rumana, por la falta de una gestión eficiente y de inversiones, a lo que se añadió las devoluciones de tierras. Sin embargo, en los últimos años, la agricultura rumana ha contribuido mucho al crecimiento económico de Rumanía. Según las estadísticas, por quinta vez en los últimos diez años, Rumanía está en segundo lugar en Europa, después de Francia, respecto a la producción de trigo.
Los agricultores autóctonos han recogido aproximadamente 4,4 toneladas por hectárea, procedentes de una superficie de 2.600.000 de hectáreas, mientras que los franceses han recogido 9,5 toneladas por hectárea, de una superficie de 1.700.000 de hectáreas. Es una prueba de que en Rumanía se sigue practicando lo que los especialistas llaman “agricultura extensiva”, que hace que la producción aumente junto a la superficie cultivada. Por otro lado, según el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural de Bucarest, en el primer semestre del año, Rumanía exportó productos agroalimentarios de más 2.000 millones de euros, casi un 10% más que en el mismo período del año pasado. Y hay más buenas noticias.
En un 85% de todo el sector agrícola de Rumanía, el nivel cualitativo de la agricultura es casi máximo, según ha afirmado el secretario de Estado del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, Daniel Botănoiu, en el Festival ECO organizado a finales de la semana pasada en Bucarest y dedicado a los productos ecológicos. El responsable rumano ha afirmado que Rumanía se puede convertir en un proveedor de productos ecológicos en Europa, porque tiene la menor cantidad de nitrógeno por hectárea, 20 veces menor que, por ejemplo, Holanda. Ya veremos, porque, en los últimos 25 años, a la agricultura rumana no le han faltado las palabras bonitas y las esperanzas.