Insatisfacción de los docentes
El segundo semestre de este año escolar ha comenzado con una nueva huelga educativa
Daniela Budu, 19.01.2022, 14:54
Los sindicatos del sistema educativo en Rumanía han reanudaron, en la primera semana del segundo semestre del curso escolar, las protestas contra las decisiones de las autoridades, incluido el aumento salarial de sólo el 4,5%. Los docentes solicitan al Gobierno que lleven a la práctica las previsiones de la ley de 2017, según la cual deberían haber recibido un aumento salarial del 16% ya hace dos años. Los sindicatos también exigen la asignación del 6 por ciento del Producto Interno Bruto para financiar la educación, quieren recibir bonificaciones laborales, que se les paguen las horas extras y que aumente el número de puestos docentes. Aunque a finales del año pasado amenazaban con desencadenar una huelga educativa general el 10 de enero, la idea se abandonó debido a las vacaciones.
Según el presidente de la Federación de Sindicatos Libres de Enseñanza, Simion Hăncescu, el número de maestros insatisfechos está aumentando en medio de la falta de reacción de las autoridades. Simion Hăncescu:
«Se trata de una acumulación de quejas. El 6 de diciembre, presentamos al Gobierno rumano 163.000 firmas en apoyo de una petición solicitando la aplicación de la Ley 153 a partir del 1 de enero de 2022. Desafortunadamente, no recibimos ninguna señal. Siguieron tres días de protesta frente a la sede del Gobierno, de nuevo, sin recibir respuesta alguna de parte del jefe del Ejecutivo. Hubo otro día de protestas la semana pasada y obviamente tomamos la decisión de pasar a una forma de protesta que involucre a más personas. Los docentes han solicitado huelga general».
Según el presidente de la Federación de Sindicatos de Enseñanza «Spiru Haret», Marius Nistor, no sólo los docentes están insatisfechos con la situación. Marius Nistor:
«Quisiera dejar muy claro que no estamos hablando sólo de docentes, sino de todo el personal que desarrolla su actividad en un centro educativo: profesorado, profesorado auxiliar y no docente, todos nuestros compañeros, independientemente de la función que desempeñen a nivel de los centros».
En nombre de las autoridades, el ministro de Educación, Sorin Cîmpeanu, considera que los salarios de los docentes deben ser motivadores y que la insatisfacción de quienes protestan como consecuencia de la no aplicación de las disposiciones de la ley de 2017 es normal. Sin embargo, el ministro apela a la compresión de los docentes, expresando su convicción de que la gran mayoría de ellos no abandonarán a sus estudiantes, ya afectados por la educación en línea debido al contexto epidemiológico. Según el ministro, tras los incrementos aplicados hasta el momento, un profesor principiante recibe un salario neto de 2.597 lei, es decir, algo más de 500 euros, y un profesor con más de 40 años de antigüedad -4.398 lei-, unos 900 euros, a los que se pueden aplicar bonificaciones.
No sólo los maestros están insatisfechos con las decisiones de las autoridades. El otro día, algunos estudiantes protestaron contra el «recorte» de las becas escolares sin que el ministerio de Educación revirtiera las decisiones tomadas.
Versión en español: Victoria Sepciu