Escándalo en la Ópera rumana
Este mes se cumplen 95 años desde la fundación oficial del más importante teatro lírico rumano, la Ópera de Bucarest, una institución que ahora, tras un gran escándalo, está atravesando una crisis sin precedente.
România Internațional, 28.04.2016, 19:08
Este mes se cumplen 95 años desde la fundación oficial del más importante teatro lírico rumano, la Ópera de Bucarest, una institución que ahora, tras un gran escándalo, está atravesando una crisis sin precedente, marcada por la anulación de tres de sus representaciones y que ha conllevado a la dimisión del ministro de Cultura, Vlad Alexandrescu. El conflicto empezó tras haber sido nombrado Tiberiu Soare director general interino de la Ópera Nacional de Bucarest, reemplazando al antiguo director, el actor George Călin, que había sido destituido a causa de algunas irregularidades administrativas, señaladas por el Tribunal de Cuentas. Un día más tarde, el coordinador del grupo de ballet, el danés Johan Kobborg, anunció que iba a renunciar al cargo de director porque éste había sido retirado de la página web de dicha institución. Tiberiu Soare ha declarado que el motivo de esta decisión, criticada por los bailarines, es el hecho de que Johan Kobborg habría ocupado un cargo que no figuraba en la planilla de empleados de la institución, lo que fue considerado ilegal. El despido de Kobborg ha llamado la atención internacional en el mundo de la danza, donde su nombre es muy conocido y respetado, y algunos bailarines han amenazado con cancelar los espectáculos o incluso con irse de la Ópera. Soare ha sido nombrado subdirector y el cargo de director general interino ha sido asumido por otro director de orquesta, Vlad Conta. Se han organizado manifestaciones de apoyo donde también ha participado la novia de Kobborg, Alina Cojocaru, que en 2010, en Moscú, fue nombrada Bailarina de la década, y al mismo tiempo han tenido lugar protestas por parte de algunos empleados de la Ópera, protestas generadas, según declaran, por las grandes discrepancias entre sus salarios y los de los colaboradores extranjeros. El nombramiento de George Călin como interino para otros 3 meses, con el fin de solucionar el conflicto, no ha hecho más que aumentar las tensiones y el ministro de Cultura, Vlad Alexandrescu, ha sido acusado de haber cedido a las presiones. “Se ha propuesto una solución tras las negociaciones con Johan Kobborg y Alina Cojocaru, ya que queremos que ellos continúen su actividad en la Ópera, y la condición para las negociaciones ha sido este nombramiento. Tras las protestas y la oposición declarada por los artistas, resulta evidente que George Călin no puede ejercer su mandato, y por lo tanto, he decidido retirarle el cargo de director de la Ópera. Dentro de unos días voy a hacer un nuevo nombramiento”, ha anunciado el ministro en un mensaje colgado en su cuenta de Facebook. En la misma red social, Vlad Alexandrescu anunciaba posteriormente su propia dimisión. Este miércoles, rodeado por unas 200 personas que habían salido a la calle para apoyar a Vlad Alexandrescu, el primer ministro Dacian Cioloş ha declarado que espera que la decisión del ministro demuestre a todos los artistas de la Ópera que el Ministerio de Cultura representa el pilar de estabilidad que ellos necesitan.