Escándalo anticorrupción
La Cámara de los Diputados, el Partido de los Romaníes, el Partido Social Demócrata y la Agencia Nacional de Administración Fiscal son los ingredientes de un nuevo caso de desvío de seis millones de euros procedentes de fondos europeos
Bogdan Matei, 12.02.2016, 18:03
Un nuevo escándalo anticorrupción está en la primera página de los periódicos y abre los programas de noticias de las televisiones de Bucarest. La Oficina Permanente de la Cámara de los Diputados está esperando el informe de la Comisión jurídica para establecer el calendario de la votación para levantar la inmunidad de dos mandatarios más. Este miércoles, la Dirección Nacional Anticorrupción ha solicitado el visto bueno para detener preventivamente a los diputados Mădălin Voicu, del Partido Social Demócrata, y Nicolae Păun, el representante en el Parlamento de Bucarest de la minoría romaní, acusados de haber obtenido y empleado de manera incorrecta los fondos europeos en unos proyectos para la comunidad romaní.
Voicu está acusado de tráfico de influencias, falsas declaraciones y blanqueo de dinero, todo esto de manera continua. Păun está acusado de falsas declaraciones, de haber cambiado, sin cumplir las normas legales, el destino de los fondos europeos, de desvío de fondos y de haber efectuado operaciones financieras incompatibles con el cargo. Según los fiscales, entre 2010 y 2015, bajo el pretexto de ayudar a miles de romaníes a encontrar trabajo o a ser empresarios, ellos habrían desviado el equivalente a más de seis millones de euros para su interés personal. Para la prensa, el caso está alimentado por las nuevas pruebas de que, para los políticos de Bucarest, la corrupción está en todos los partidos y en todas las etnias.
En el espacio público, tanto Voicu como Păun han construido su imagen como antiguos militantes por la emancipación de la comunidad romaní, cuya marginación por parte de la mayoría rumana e incluso de las instituciones del Estado no se cansaban de señalar. Nadie hubiera pensado que justamente ellos iban a contribuir a aumentar la marginación y el empobrecimiento de su propia comunidad. Exitoso empresario, telegénico, buen orador, llamado en su mundo “Nicky Escorpión”, Păun está en el cuarto mandato como representante de los romaníes en el Parlamento. Personaje sofisticado, director de orquesta, sólo medio romaní, como hijo del conocido violinista Ion Voicu, el otro acusado lleva decenas de años en el candelero de la vida pública de Bucarest.
Primero fue miembro del entorno de Nicu Ceauşescu, el hijo menor del dictador, y después un habitual de los programas sobre las actuales estrellas o pseudoestrellas. Hace 20 años, entró en el Parlamento como miembro del Partido de los Romaníes, para permanecer después mandato tras mandato como socialdemócrata. En el caso de los diputados Vociu y Păun están implicados también el expresidente de la Agencia Nacional de Administración Fiscal (ANAF) Gelu Ştefan Diaconu, y el vicepresidente Mihai Gogancea Vătăşoiu .
También acusados por la Dirección Nacional Anticorrupción de tráfico de influencias, blanqueo de dinero y desvío de fondos europeos, los jefes del fisco fueron destituidos este jueves por el primer ministro tecnócrata Dacian Cioloş. Fue necesario destituirlos porque, al declararse inocente, Diaconu rechazó la solicitud de presentar su dimisión que había propuesto anteriormente la ministra de Hacienda, Anca Dragu. Ella había afirmado que el fisco era una de las instituciones más importantes de Rumanía y su dirección debería estar libre de cualquier sospecha.