En la perspectiva de las elecciones locales
El Gobierno tecnócrata de Bucarest ha anunciado que no va a cambiar, mediante ordenanza de urgencia, la ley electoral adoptada por amplia mayoría en el Parlamento. Para la salud de la democracia rumana, la modificación habría sido importante.
Bogdan Matei, 21.01.2016, 11:46
2016 es año electoral. Al comienzo del verano tendrán lugar elecciones locales y en otoño se organizarán las legislativas. Los comicios locales son el punto débil de la ley en vigor que prevé elegir a los alcaldes de manera directa, es decir, una votación a una sola vuelta. Aritméticamente, ocupará el cargo de alcalde el que reúna la mayoría de los votos indistintamente del porcentaje o del índice de participación de los electores.
Según afirman los analistas, sobre el trasfondo de la desconfianza aumentada de los rumanos en el sistema político y de un gran absentismo, la ley actual permite elegir al frente de las comunidades a algunos candidatos votados, digamos, por una quinta parte del 13% de los ciudadanos que han votado. No es la mejor solución para una administración local dividida prácticamente en dos partes por los fiscales anticorrupción. Por soborno, tráfico de influencia o abuso de poder han sido detenidos muchos alcaldes de Bucarest, Constanta, Piatra Neamt o de varios pueblos rumanos.
Adoptar el sistema electoral a dos vueltas, sistema que funcionó desde el año 1992, desde las primeras elecciones locales celebradas en la Rumanía postcomunista, ha sido una de las reinvindicaciones prioritarias de la sociedad civil durante las protestas anticorrupción del otoño pasado que llevaron a la caída del Gobierno tripartito dirigido por el socialdemócrata Victor Ponta. Y según subraya la prensa, este asunto ha figurado también en el primer proyecto del programa del, en aquel entonces, primer ministro designado Dacian Ciolos. Pero posteriormente el proyecto fue retirado para respetar la previsión del Tribunal Constitucional, según la cual las leyes electorales no se pueden modificar un año antes de las elecciones. No es normal, afirma el primer ministro, que un Ejecutivo tecnócrata modifique mediante ordenanza de urgencia una ley adoptada por el Legislativo.
Escuchemos al primer ministro Dacian Ciolos:
“El Gobierno que dirijo es un Gobierno independiente que no está implicado políticamente y creo que no es democrático que un gobierno modifique mediante ordenanza de urgencia una ley política.”
Los liberales, los que han solicitado la modificación de la legislación electoral, se han declarado decepcionados por la respuesta del primer ministro. La copresidenta del PNL, Alina Gorghiu, está convencida de que el primer ministro no quiso ser acusado de favoritismo político después de que los liberales apoyaran consecuentemente las políticas promovidas por el Gobierno deseado por su exlíder, el actual presidente Klaus Iohannis.
He aquí lo que ha declarado Alina Gorghiu:
“Me esperaba que el primer ministro de Rumanía y el Gobierno de Rumanía asumieran una modificación de la legislación, es decir, asegurar la representatividad de los electos. Me esperaba que el primer ministro actuara de otra manera dado que la previsión sobre las elecciones locales a dos vueltas era una muy importante. ”
En cambio, los socialdemócratas no han escondido su satisfacción ante la conservación de las actuales previsiones de la ley electoral gracias a las cuales el PSD arranca como favorito de los comicios locales. Dicho partido cuenta con el mayor número de alcaldes en funciones, sobre todo en pueblos y ciudades pequeñas y éstos tienen, gracias al sistema electoral a una sola vuelta, todas las oportunidades de obtener un nuevo mandato.