En busca de una forma de Gobierno
La clase política en Rumanía está todavía lejos de encontrar una solución a la crisis gubernamental.
Bogdan Matei, 03.11.2021, 14:56
Los juegos políticos para formar un nuevo Gobierno se reanudan desde el inicio, después de que el primer ministro designado, Nicolae Ciucă, anunciara que renuncia al mandato recibido del presidente Klaus Iohannis. La decisión ha sido aprobada por la dirección de su partido, porque el general retirado Ciucă no ha conseguido recibir en el Parlamento el respaldo a su equipo ejecutivo minoritario formado por el PNL y la UDMR (Unión Democrática de los Húngaros en Rumanía) que iba a pedir este miércoles, en el pleno del Legislativo, el voto de investidura. Según los procedimientos, el jefe del Estado tendrá que iniciar una nueva serie de consultas con los partidos parlamentarios, para nominar a otro posible primer ministro. El líder del PNL, el primer ministro interino Florin Cîțu, habla ahora de una flexibilización del mandato de negociación y promete que los liberales tantearán lo que llama “todas las fuerzas políticas democráticas en el Parlamento” para formar una mayoría que apoye a un Gobierno con plenos poderes.
Si hubiera recibido la investidura, Ciucă (54 años), se habría convertido en el primer militar profesional líder de un Gobierno de Rumanía después del comunismo. Éste fue designado después de que una nueva encuesta confirmara que el Ejército y la Iglesia ocupaban los primeros lugares en una clasificación de la confianza de los rumanos. Según el estudio, un 87 % de ellos han afirmado que confían en el Ejército, un 70 %, en la Iglesia y un 67 %, en el Servicio Rumano de Inteligencia y en la Academia Rumana. Un 40 % de los encuestados consideran que las principales amenazas contra Rumanía son la corrupción y la incompetencia de la clase política.
La prensa especula ahora que es cada vez más plausible la recreación de una denominada gran coalición entre el PNL y la PSD, que controlaría, aritméticamente, el Parlamento. En las elecciones de diciembre de 2020, el PSD obtuvo 157 mandatos de senadores y diputados, el PNL, 134, la USR, 80, la AUR, 47, y la UDMR, 30. Al menos 15 altos cargos liberales, fieles a su exlíder Ludovic Orban, y descontentos con la dirección de Cîțu, salieron del grupo parlamentario del PNL, pero aún así los dos partidos tendrían una mayoría cómoda. El PSD y el PNL gobernaron juntos anteriormente, después de que, bajo el título de la Unión Social-Liberal, obtuvieran dos tercios de los votos en las elecciones legislativas de 2012.
Los politólogos han afirmado que la crisis gubernamental de este otoño no es más que un epifenómeno de la inestabilidad crónica que hay en el escenario político rumano. Después de la adhesión a la Unión Europea, el 1 de enero de 2007, Rumanía ha tenido diez primeros ministros investidos por el Parlamento, de izquierda o de derecha, longevos o pasajeros en la política. A ellos se añaden cinco primeros ministros interinos, que se encargaron de los asuntos corrientes tras la dimisión o la destitución de aquellos. Desde hace muchos años, el índice de confianza de los ciudadanos en el Parlamento y los partidos políticos es de un 10 %. Acusado de no ejercer su papel constitucional de mediador y considerado últimamente no una solución, sino parte del problema, el mismo presidente Klaus Iohannis ha llegado a un índice de confianza de tan sólo un 14 %, según una encuesta reciente pedida por el PSD. Lo que ha animado a la AUR, la oposición nacionalista, a anunciar que está iniciando los procedimientos para su suspensión.
Versión española: Monica Tarău