El rey de Rumanía
El último rey de Rumanía, Miguel I, ha anunciado este miércoles que abandona todas sus responsabilidades públicas.
Bogdan Matei, 03.03.2016, 16:37
El rey Miguel, de 94 años, ha sido diagnosticado con dos tipos de cáncer, y tras haber sido operado, sigue un tratamiento complejo y agotador. El rey ha cedido la corona a su primogénita, la princesa Margarita, que tendrá la misión de continuar los proyectos de la dinastía. El jefe de la Casa Real, Andrew Popper, leyó un comunicado solemne enviado por el rey:
“Estas últimas semanas, hemos recibido la confirmación de un grave diagnóstico médico. Esta situación se produce en el año en que la familia real y el país celebran los 150 años de la fundación de la dinastía y del Estado rumano moderno. Estoy seguro de que mi hija Margarita, desde ahora custodia de la Corona, encontrará la sabiduría y la fuerza para representar y llevar a cabo todas mis acciones públicas. He pedido al Consejo Real que continúe su misión de asesor de la custodia de la Corona. Miguel, rey, el 1 de marzo de 2016.”
Así termina una época heróica y también trágica de la historia de Rumanía. Siendo muy joven, con 19 años, Miguel I subió al trono en 1940, tras la abdicación de su impopular padre, Carlos II. Considerado inmaduro y fácil de manipular por el personaje más importante de la época, el mariscal Ion Antonescu, que había colocado a Rumanía en la órbita de la Alemania nazi, el rey vivió en la sombra. Pero el 23 de agosto de 1944, cuando el desenlace de la Segunda Guerra Mundial ya era previsible, el joven rey se atrevió a arrestar a Antonescu, rompió la alianza con Hitler y se unió a nuestros aliados tradicionales, los anglo-americanos.
Según los historiadores, la entrada de Rumanía en el campo de los Aliados hizo que la guerra acabara unos 6 meses antes de lo previsto y salvó cientos de miles de vidas. Pero Rumanía y su rey no fueron reconocidos como vencedores. El 30 de diciembre de 1947, cuando el país estaba bajo la ocupación militar soviética y era dirigido por un gobierno comunista títere, el rey se vio obligado a abdicar y a exiliarse. Durante décadas pudo dirigirse a su pueblo, que permanecía detrás del Telón de Acero, solo enviando mensajes a través de la radio. Marcado por la ideología impuesta durante decenios de dictadura, el Gobierno de izquierda instalado tras la Revolución anticomunista de 1989 le prohibió regresar a Rumanía.
En 1997, el Gobierno encabezado por los cristianodemócratas le permitió pisar su país, le devolvió la ciudadanía rumana y una parte de sus propiedades, que habían sido confiscadas por los comunistas. El rey se puso incondicionalmente al servicio de su país. Contribuyó a la integración de Rumanía a la OTAN y la UE y a la democratización y la descomunización de las instituciones. Además, el rey participa en varios actos benéficos donde desempeña un importante papel ceremonial y asistencial y mantiene una activa presencia pública, gozando de una alta popularidad. El presidente Klaus Iohannis ha expresado su esperanza de que el rey pueda superar estos momentos difíciles, y que la familia real siga siendo símbolo de optimismo y solidaridad. A su vez, el primer ministro Dacian Cioloş ha recordado que a lo largo del tiempo, Su Majestad ha dado al pueblo todo su amor, esperanza y apoyo.
(versión española Simona Sarbescu )