El Gobierno rumano ha sido destituido mediante una moción de censura
El Parlamento de Rumanía ha aprobado este jueves la moción de censura presentada por la oposición liberal contra el Gobierno del PSD.
Bogdan Matei, 10.10.2019, 16:00
2019 se
perfila como un año negro para el partido que domina desde hace 30 años el
escenario político rumano poscomunista. El pasado mes de mayo, el PSD perdió
claramente ante el PNL las elecciones europarlamentarias. Al día siguiente,
Liviu Dragnea, el hombre fuerte del partido y de la coalición gubernamental
formada por los socialdemócratas y la ALDE, fue condenado y encarcelado por
delitos de corrupción. El mes pasado, los pequeños socios liberal demócratas
pasaron a la oposición, y el Gobierno liderado por la nueva líder del PSD, Viorica
Dăncilă, llegó a ser mayoritario. Candidata en las elecciones presidenciales
que tendrán lugar en noviembre, Dăncilă está siendo superada en los sondeos por
el actual presidente, Klaus Iohannis, apoyado por los liberales. Y este jueves,
la señora Dăncilă y su equipo han perdido también el poder ejecutivo, después
de que el Parlamento bicameral rumano haya aprobado la moción de censura
presentada por la oposición liberal.
Titulada ¡Para reconstruir Rumanía el Gobierno de Dăncilă debe
ser destituido urgentemente!, la moción ha recibido el voto de 238 senadores y
diputados, después de haber sido firmada ya por parlamentarios de todos los
colores políticos: el PNL, el PNL, la USR, el PMP, la UDMR (Unión Demócrata de
los Húngaros de Rumanía), el PRO Rumanía, la ALDE, de las minorías nacionales,
un independiente e incluso algunos socialdemócratas. Para que la moción fuese aprobada
y el Gobierno destituido, era necesario obtener sólo 233 votos a favor. Los
firmantes consideraban que el actual equipo ejecutivo era el Gobierno más
nocivo que Rumanía ha tenido en los últimos 30 años y habían afirmado que
después de destituirlo, iban a aprobar un programa de gobierno responsable,
centrado en el desarrollo y la modernización del país, y en la prosperidad real
de cada rumano.
Desde el
punto de vista constitucional, el presidente Iohannis tendrá de ahora en
adelante el papel principal. El alto cargo convocará a los partidos a consultas
antes de designar a un candidato para el cargo de primer ministro. Éste tiene
diez días para formar su gabinete y para crear el programa de gobierno que
presentará en el Legislativo para recibir el voto de confianza. Hay también la
posibilidad de que el actual Gobierno se quede, de forma interina y con
atribuciones limitadas, hasta después de las elecciones presidenciales, para
que el futuro presidente designe al nuevo primer ministro, y éste intente
formar una mayoría en el Parlamento. También es posible que se organicen
elecciones anticipadas si los parlamentarios no dan el voto de confianza para
formar el Gobierno en un plazo de 60 días desde que se presente la primera
solicitud y sean rechazadas dos solicitudes de investidura.
Políticamente,
los analistas han afirmado que es el final de una época. En diciembre de 2016,
el PSD se instaló nuevamente en el poder después de haber ganado las elecciones
parlamentarias con un resultado récord, un 45% de los votos. Posteriormente, el
jefe que lo había guiado a la victoria, Liviu Dragnea, devoró dos Gobiernos
suyos, molesto por la falta de docilidad de los primeros ministros. Derribó a
Sorin Grindeanu mediante una moción de censura presentada por su propio
partido, acto sin precedentes en la política rumana, y obligó a Mihai Tudose a
presentar su dimisión. Con la caída de Viorica Dăncilă, considerada durante
mucho tiempo su partidaria más fiel, Liviu Dragnea sale definitivamente del
escenario.
Versión
española: Monica Tarău