El estado de la enseñanza rumana
Rumanía se sitúa por debajo del promedio mundial en el estudio realizado cada tres años por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos sobre los sistemas educativos de todo el mundo.
Roxana Vasile, 04.12.2019, 15:03
Cada año, Rumanía es reconocida a nivel mundial por los resultados excepcionales de los alumnos que participan en las olimpiadas internacionales de matemáticas, física, química, astronomía o informática. Sólo que estos adolescentes representan un porcentaje ínfimo del número total de las personas con las cuales el país deberá contar en un futuro no muy lejano. Desafortunadamente, según las pruebas más recientes del Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés), los niños rumanos que ahora tienen 15 años de edad están menos preparados en matemáticas, lectura y ciencias en comparación con los que tenían la misma edad hace 9 años. Rumanía ha obtenido los peores resultados de los 9 últimos años en el examen mundial de las habilidades de los estudiantes de 15 años realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. Según este estudio, un 44% de los alumnos rumanos no entiende lo que lee y en matemáticas no logra hacer cálculos aritméticos básicos.
Rumanía se ha clasificado en el lugar 47 de 79 países. Los resultados de las pruebas del PISA confirman lo que se comenta desde hace muchos años: el sistema educativo rumano no funciona y los ministros de Educación que se han encargado de esta cartera a lo largo de los años no han hecho más que tomar medidas que, en general, resultaron ser catastróficas.
La reacción de la actual ministra de Educación, la liberal Monica Anisie, impacta una vez más. Anisie considera que las pruebas del PISA no son la expresión de un rendimiento individual y que la implicación de los que han participado no ha sido máxima ya que no hubo nada en juego. “No debemos preocuparnos”, ha puntualizado Monica Anisie. “Sí, debemos”, le ha respondido un periodista que recuerda en un artículo que Rumanía se ve afectada por la inmigración, una crisis mayor de la mano de obra y por un analfabetismo funcional. En opinión del periodista, las autoridades también deberían preocuparse y producir rápidamente un cambio mayor en un sistema antiguado, en contratiempo con la actual revolución digital, poblado por docentes mal preparados y por alumnos en su mayoría desinteresados. Es obvio que la calidad de la educación en Rumanía necesita mejorar a través de medidas sustanciales, según menciona el jefe de la actual ministra de Educación, el primer ministro Ludovic Orban.
En 2014, cuando obtuvo el primer mandato de presidente del país, Klaus Iohannis, antiguo profesor de física, prometió una estrategia: “Rumanía educada”. Dicha estrategia fue lanzada al debate público a finales del año pasado, después de cuatro años de mandato. Según los críticos, la estrategia es tan ambigua que no producirá ninguna solución concreta, ya que en su opinión los comentarios en comparación con las soluciones no hacen más que ilustrar un ámbito político-social muy afectado. Con otras palabras, más grave que el resultado de los alumnos rumanos en las pruebas PISA es la falta de medidas claras y coherentes para corregir la situación.