Efectos de la crisis de rehenes de Argelia
la muerte de los dos rumanos en la planta energética de Argelia ha vuelto a abrir los debates sobre la manera en que el estado rumano está gestionando la seguridad de sus ciudadanos en el extranjero
Florentin Căpitănescu, 25.01.2013, 18:05
África se ha convertido en un foco de los movimientos islamistas, mientras en el último decenio las grandes potencias se han concentrado en las intervenciones de Afganistán e Irak. Todo el planeta, incluso las autoridades de Bucarest, han centrado su atención en los acontecimientos violentos que sucedieron en Argelia y Malí, países ubicados en África del Norte.
De hecho, la muerte de los dos rumanos en la planta energética de Argelia ha vuelto a abrir los debates sobre la manera en que el estado rumano está gestionando la seguridad de sus ciudadanos en el extranjero. Asimismo, ambos decesos han alimentado los debates sobre las razones por las cuales los rumanos deciden trabajar en el extranjero, incluso en semejantes zonas. Mientras tanto, las autoridades de Bucarest siguen esperando detalles sobre la intervención del ejército argelino saldada con la muerte de unos 40 ciudadanos extranjeros. El comando yihadista responsable con la crisis de los rehenes ha afirmado que sus acciones han sido una respuesta a la intervención militar que Francia desarrolla en Malí, país convertido desde el año 2012 en santuario de los grupos islamistas que tienen conexiones con al-Qaida y que, en nombre de Sharia (La ley islámica), cometieron numerosas ejecuciones.
El presidente de Rumanía, Traian Basescu, ha anunciado que no enviará militares a Malí. Sin embargo, ha precisado que Bucarest, socio de París tanto en la UE como en la OTAN, podría ofrecer apoyo logístico. Volviendo a Francia, parece que a este país le gusta desempeñar el papel justiciario en África también en el mandato del socialista Francois Hollande, después de que su predecesor, Nicolas Sarkozy fuera el artesano de las operaciones de la OTAN en Libia. Más allá de la lucha contra el terrorismo, Francia tiene grandes intereses económicos en Malí, país considerado un El Dorado del petróleo, del oro y del uranio. Apoyado en el plano diplomático por sus aliados, incluso por Bucarest, la capital de Francia también está esperando otro tipo de apoyo.
(trad. Brigitta Pana)