Descontentos de los transportistas
Si en Bruselas los políticos rumanos prometen medidas beneficiosas para los transportistas, en Bucarest han logrado acalorarlos y determinarlos a organizar protestas.
Bogdan Matei, 18.06.2021, 14:42
Campo clave en una economía globalizada, el transporte vial de mercancías es la profesión de muchos rumanos. Según las estadísticas presentadas por las autoridades de Bucarest, hay 150.000 compatriotas que trabajan como conductores de camión en las carreteras de Europa. Su trabajo es duro y lleno de riesgos.
El mes pasado, un conductor de camión rumano fue asesinado en un aparcamiento de Francia por unos ladrones a los que había sorprendido mientras intentaban robar la mercancía de su camión. El pasado 6 de junio, otro conductor rumano fue víctima de un ataque con arma blanca también en un aparcamiento, pero logró escapar y al mismo tiempo salvar a un compañero, conductor de un camión matriculado en Bielorrusia. Los derechos de los rumanos de esta categoría profesional deben ser respetados en conformidad con las condiciones impuestas por la legislación nacional, ha escrito en Facebook, la ministra de Trabajo en el Gobierno de Rumanía, Raluca Turcan, después de reunirse en Bruselas con la comisaria europea de Transportes, la rumana Adina Vălean. Las sociedades de transporte, según afirma la ministra, deben asegurar salarios transparentes y correctos, en conformidad con los sueldos del mercado europeo ya que muchas veces hay diferencias en cuanto a las condiciones laborales y los sueldos de los empleados del este de Europa. ”No toleramos el trabajo ilegal y la discriminación”, ha añadido la ministra.
A su vez, la comisaria Vălean ha afirmado que las autoridades europeas hacen esfuerzos por desarrollar rápidamente aparcamientos seguros ya que ahora, a nivel comunitario, se necesitan alrededor de 100.000 plazas de aparcamiento para proporcionar condiciones de trabajo decentes y lugares de descanso a los conductores de camiones.
Si en Bruselas, los políticos rumanos prometen medidas beneficiosas para los transportistas, en Bucarest han logrado acalorarlos y determinarlos a organizar protestas. Éstas son las consecuencias de los controles de la Agencia Nacional de Administración Fiscal (ANAF), que considera que la indemnización diaria de los conductores de camión de las empresas rumanas que trabajan en el extranjero representa un ingreso de índole salarial y deben pagar impuestos. Las empresas de transporte están descontentas con la intención del Ministerio de Transportes de modificar el modo de cálculo del impuesto de circulación que se pagaría por kilómetro y en función de la norma de contaminación, no en función del período, como sucede ahora.
Este cambio está previsto en el Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia que las autoridades políticas autóctonas negocian con la Comisión Europea para poder recibir los casi 30.000 millones de euros que les corresponden a Rumanía. El presidente de la Federación de los Operadores Rumanos de Transporte, Augustin Hagiu, acusa el previsible aumento en 10 veces sobre lo que denomina con su habitual vehemencia, ”estos caminos miserables por los que circulamos”.