Del estado de la Unión al artículo 7
El Parlamento Europeo ha votado a favor de la puesta en marcha de los procedimientos disciplinarios en contra de Hungría, país acusado de infringir los principios del Estado de derecho y los valores europeos.
Ştefan Stoica, 13.09.2018, 14:30
Con más de dos terceras partes de los votos a favor, el legislativo europeo ha decidido este miércoles, pedir a la Comisión Europea activar en el caso de Hungría, el artículo 7 del Tratado de la Unión a raíz del cual un país miembro se puede quedar sin derecho de voto en el Consejo de la Unión. El voto es el resultado de un informe debatido un día antes, que denuncia al Gobierno de Budapest por actos de corrupción, violación de los derechos de las minorías, abusos contra los migrantes, la limitación de la libertad de la prensa y de las libertades sociales y académicas.
La autora del documento, la europarlamentaria holandesa Judith Sargentini, miembro del Grupo de los Verdes, ha apreciado que Hungría no respalda los principios europeos y no cuenta con una democracia funcional en su totalidad. En los últimos ocho años, todo en el país se ha venido abajo mientras que sus ciudadanos se han visto imposibilitados a manifestar su opinión.
Al mismo tiempo, ha declarado la eurodiputada holandesa, las leyes electorales se han modificado haciendo que los partidos de la oposición desarrollen con dificultad las campañas para unas elecciones correctas. Es la primera vez que el Parlamento Europeo se vale del derecho de iniciativa para solicitar al Consejo que tome una decisión con respecto a la situación del Estado de derecho de un país miembro.
En el caso de Polonia, el procedimiento fue iniciado por la Comisión Europea en el mes de diciembre del año pasado. En el día de la votación, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, afirmó en el discurso sobre el estado de la Unión, que el Ejecutivo europeo se opone a los perjuicios causados al Estado de derecho y que cualquier peligro que éste corra reclama la activación del artículo 7. La votación contra el Gobierno húngaro destaca que numerosos conservadores y cristianodemócratas se han cansado de defender al niño rebelde de Europa Central, como es considerado el primer ministro húngaro, Viktor Orban.
Durante los debates del pasado martes que precedieron el voto, Viktor Orban pronunció un discurso calificado de “desafiante” en el que abusó de palabras como Hungría y húngaro, y condenó el informe que puso en acción el procedimiento sancionador. Orban ha añadido que el informe ofende a Hungría y utiliza dobles estándares. Hungría no puede ser condenada por desear ser un país sin migrantes ilegales, ha dicho Orban. El Ministerio húngaro de Exteriores ha calificado el voto de “venganza mezquina de los políticos proinmigración”. El artículo 7 ha sido denominado el arma nuclear de la UE ya que puede conllevar la suspensión del derecho de voto en el marco del Consejo, pero nunca ha sido activado desde la fundación de la Unión. La penalización de Hungría tampoco es probable porque necesitaría de la aprobación por unanimidad de los Gobiernos de los países miembros y Polonia ya ha anunciado que se opondrá a cualquier sanción contra Budapest, impuesta por el bloque comunitario. Pese a ello, el voto de este miércoles es una advertencia lanzada a los líderes y a los Gobiernos tentados por lo que los politólogos denominan democracia liberal en la cual los ganadores de las elecciones se imaginan que las mayorías de que disfrutan legitiman acciones discrecionales, que contravienen los principios del Estado de derecho. Las modificaciones controvertidas e impugnadas de las leyes de la Justicia y de los códigos penal y de procedimiento penal y más recientemente, la intervención por la fuerza de los gendarmes en el mitin anti-Gobierno del pasado 10 de agosto, han puesto en el punto de mira de los defensores intransigentes del Estado de derecho y de los valores de la Unión, también al poder de izquierda de Bucarest.